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Les Arts fusiona lírica y gastronomía de la mano del chef Pablo Ministro

Aborda desde los fogones del siglo XXI, los vínculos de ópera y zarzuela

El Palau de Les Arts "Reina Sofía"de Valencia
El Palau de Les Arts "Reina Sofía"de Valencialarazon

El Palau de les Arts de Valencia fusiona lírica y gastronomía en “Maridajes”, una nueva iniciativa en colaboración con Pablo Ministro, chef de Contrapunto, que aborda, desde los fogones del siglo XXI, los vínculos de ópera y zarzuela con su contexto histórico para ofrecer una experiencia más allá del arte culinario.

El centro de artes y el director de restauración ponen en marcha esta propuesta con motivo del estreno de “El barberillo de Lavapiés” el próximo viernes 16 de abril, obra de Francisco Asenjo Barbieri a partir de la cual Pablo Ministro se acerca a las tradiciones y gustos del Madrid dieciochesco durante el reinado de Carlos III para elaborar un menú en tres actos, los mismos en los que se divide esta zarzuela con libreto de Luis Mariano de Larra.

La mezzosoprano Sandra Ferrández (Paloma) y el barítono Borja Quiza (Lamparilla), protagonistas de “El barberillo de Lavapiés”, han sido los primeros comensales en disfrutar de la experiencia gastronómica que ofrecerá el restaurante Contrapunto durante las semanas en las que se represente el título en la Sala Principal de Les Arts, con funciones los días 16, 18, 20 y 22 de abril.

Ambos intérpretes han coincidido en la importancia de la gastronomía en la obra, especialmente en el caso del barberillo, que, como recuerda el barítono, en su primera aparición en escena ya anuncia su deseo de comerse un celemín en El Pardo.

“Degustar este menú supone zambullirse de lleno en la historia de ‘El barberillo de Lavapiés’”, apunta Borja Quiza, según un comunicado de la Generalitat.

“Maridajes” se incluye en la apuesta de Les Arts por ofrecer nuevas experiencias alrededor de la lírica para acercar tanto la actividad artística como el propio edificio a nuevos públicos y audiencias.

Ministro dedica el primer acto al cambio de hábitos que se produce en el siglo XVIII, cuando las clases privilegiadas comienzan a adquirir costumbres prestadas de las clases populares, entre ellas, la moda de tomar platos propios de las casas de comidas.

Para ello, el chef sugiere un brioche de salpicón de vaca, receta popular de los barrios pobres que terminó conquistando el paladar de la nobleza.

Para el segundo acto, el director de Contrapunto toma como referencia una de las bases de la alimentación del momento, las harinas, principalmente de centeno, que se utilizaban tanto en las masas para elaborar pan como en la preparación de las tradicionales migas.

Huevos, hortalizas y verduras completaban el abanico de alimentos de la época, que Pablo Ministro homenajea con unas migas de centeno con huevo poché y jamón ibérico de bellota; este último, como guiño a la “Jota de los estudiantes”, que, como dice en su coro, “A la jota, jota, tienen un tragar, que con la bellota van a reventar”.

Como acto final de este paseo culinario, el menú concluye con el mismo plato con el que Carlos III acostumbraba a culminar fielmente sus viandas: las torrijas. Torrija con vino canario es la propuesta del chef valenciano para finalizar el viaje gastronómico por el Madrid de “El barberillo de Lavapiés”.