Tráfico drogas
El “gancho perdido”, la técnica con la que pretendían introducir 175 kilos de cocaína en el puerto de Valencia
La Unidad de Análisis de Riesgos de la Aduana ha detectado esta droga en un contenedor que procedía de América Central
La Unidad de Análisis de Riesgos de la Aduana Marítima ha incautado un alijo de 175 kilos de cocaína que estaban ocultos en mochilas en el interior de un contenedor del puerto de Valencia.
Según ha informado la Guardia Civil, el equipamiento había llegado al Puerto de València en la madrugada del pasado lunes día 17 procedente de América Central y la sustancia estupefaciente había sido cargada en origen en varias mochilas con el objetivo de que fueran rescatadas a su llegada al Puerto, en una técnica conocida como gancho perdido.
No obstante, el cuerpo que lleva la investigación, compuesto por miembros de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria y del Resguardo Fiscal de la Guardia Civil, no ha detenido por el momento a ninguna persona, aunque la Guardia Civil ha señalado que no se descarta que puedan producirse en un futuro inmediato.
Este es el octavo incidente de esta naturaleza que se registra en el Puerto de València este año, donde, desde el inicio de enero, se han incautado un total de 1.988 kilos de sustancias estupefacientes.
Según han explicado, el Puerto de Valencia ocupa una posición estratégica en las rutas comerciales marítimas que llegan desde Sur y Centroamérica, y, además, su nivel de operaciones le sitúa como primer puerto nacional en número de contenedores de importación y cuarto de la Unión Europea.
Por ello, desde hace años se enfrenta a este tipo de tráfico ilícito, siendo una puerta natural de entrada de este tipo de sustancias a los países europeos. Este tipo de remesas de drogas estupefacientes que llegan a los puertos europeos bajo la modalidad denominada gancho perdido se caracterizan porque el contenedor afectado forma parte del tráfico comercial internacional, cuyo importador es ajeno a la operación ilícita e incluso, en la mayoría de veces, el expedidor en origen también.
Después, la organización criminal, ya en el puerto de destino, organiza el rescate de esa sustancia aprovechando la operativa habitual de las terminales y del transporte.
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