El Gallinero

Sordera en la política

Esta vez de forma excepcional, la oposición ha ganado al imponer «despido» a «final de contrato»

Sé que el peso de la gestión publica choca frontalmente con el ejercicio de la oposición. Hasta tal punto, que a veces la racionalidad brilla por su ausencia. Es cuando debería imponerse la reflexión y coadyuvar al entendimiento y a la paz social.

En esta ocasión me refiero a la decisión de la Conselleria de Sanidad de dar por finalizado el contrato de 3.300 sanitarios que han trabajado estos meses de pandemia y que tanto bien han hecho en la atención de los pacientes.

Da la impresión de que la oposición, encabezada por el PP como mayoritario, le ha ganado al Consell la batalla del vocabulario, tengo que reconocer que excepcionalmente. Ha logrado que el término «despedido» se imponga al de «finalización de contrato» cuando en realidad se trata de lo segundo. Esta vez la izquierda ha tomado de su habitual medicina.

Por más que el presidente Puig y la consellera Barceló se hayan desgañitado asegurando que «la inmensa mayoría de ese personal volverá a ser contratado» la oposición hace oídos sordos al mensaje. Ya se sabe, no hay más sordo que el que no quiere oír.

Lo de haber comunicado a los afectados la nueva situación por sms o wasap, carece de importancia por la cantidad y por la habitualidad de la fórmula en los tiempos actuales. Hasta ofrece mayor seguridad para la recepción.

Mención aparte merece la vicepresidenta Mónica Oltra que, como si no perteneciera al Consell, aprovecha de nuevo la ocasión para hurgar en la herida, si no apuñalar, al presidente. Así es la vida.