Sucesos
Los supervivientes del derrumbe de Peñíscola: “Solo piensas en salvar la vida e irte”
Algunos salieron con lo puesto, no cogieron ni el móvil. Hoy han podido volver a coger algunos enseres
Los vecinos del edificio derrumbado el pasado miércoles en Peñíscola (Castellón), en el que fallecieron un menor y una mujer y resultó herido un joven, han empezado a entrar en las viviendas de forma escalonada y durante diez minutos para recoger sus enseres personales más necesarios.
El inspector jefe del Consorcio de Bomberos de Castelló, Pablo Vilagarcés, ha explicado que en la reunión de coordinación con la Policía Local y la Guardia Civil han detallado el dispositivo y han acordado dar este tiempo y que entren tres familias a la vez, con dos miembros, y acompañados de un bombero y un guardia civil.
Los bomberos del Consorcio han informado a EFE de que sobre a las 22 horas de la noche del jueves, la unidad canina dio por finalizada la revisión de los escombros y, al constatar también con la Policía Local y la Guardia Civil que todos los vecinos estaban localizados, se concluyó que ya no quedaba nadie bajo los restos del edificio.
“El último peinado se hizo ayer, con toda la fuerza canina, con perros de Protección Civil, Bomberos, Guardia Civil e incluso del Consorcio de Valencia. Se peinó el terreno y se verificó que, en principio, no hay nadie más”, ha añadido Vilagarcés.
Durante la noche han permanecido en la zona tres dotaciones de bomberos de guardia, sin que se haya producido ningún incidente, y esta mañana se ha detallado el dispositivo para acompañar a los vecinos a las casas a recoger sus pertenencias.
Es el caso de Jessica García, de Mataró (Barcelona) y que llegó al apartamento el pasado lunes, que ha explicado que se encontraba en la vivienda junto a su hermano y cuatro niños y que pudieron salir por el balcón que estaba a ras de calle.
“Nos asustamos mucho”, ha reconocido mientras agradece el trato que están recibiendo y ha explicado que ha venido a recoger “lo imprescindible”, que para ella es, sobre todo, la ropa de los niños.
Ha asegurado que “es la primera vez” que iba a Peñíscola y que no se arrepiente, porque han estado con “mucha paz y tranquilidad” hasta que sucedió el derrumbe, y que incluso tiene previsto volver.
Jessica ha relatado que la parte del edificio que ha caído es la que estaba enfrente de su vivienda, por lo que a ellos les pilló “en el otro bando”, separados por un pasillo y un patio de luces.
También Mar López ha acudido a recoger algunas de su pertenencias y ha contado que salieron “rápido, en bañador, con la niña y las perras”; la escalera que habitualmente cogen para bajar, ubicada a la izquierda, “ya no estaba” y bajaron por la otra lo más rápido que pudieron.
Ha explicado que “había mucho humo” y “se hizo muy larga la bajada”; una vez abajo vieron lo que había pasado y decidieron alejarse, y a los quince minutos más o menos, “volvió a derrumbarse”.
“Vinimos anoche porque teníamos el coche en el aparcamiento pero nos dijeron que volviéramos esta mañana”, ha señalado; en la casa tienen las llaves del coche y algún móvil, aunque otro de sus aparatos lo pudieron coger para avisar a sus familiares, por si veían las noticias, de que “estaban vivos y bien”.
“Solo piensas en salvar la vida e irte”, ha admitido para explicar que han sido realojados estas dos pasadas noches y que ayer tenían que haberse ido pero no lo hicieron por las circunstancias: “Tenemos ganas de volver a casa”, confiesa.
El arquitecto municipal, Ramón Mayasens, ha apuntado a la hipótesis de una “patología en un elemento estructural del edificio” como posible causa del derrumbe, aunque ha insistido en que “es pronto” para tener una certeza y sería “aventurado” decirlo.
Ha recordado que la construcción no es muy antigua (30 años) pero sí “modesta”, aunque cree que “no” sería justo echarle toda la culpa a esta situación: “Los materiales son modestos, propios de la época y del tipo de construcción”.
A su juicio, “aparentemente” las fuertes lluvias de esta semana no han influido porque “el terreno circundante está perfecto y no hay escorrentía ni ha habido movimiento de tierras”, y ha dicho no tener constancia de una posible reforma ilegal.
“La principal hipótesis es que algún fallo en el saneamiento interior del edificio ha hecho que un muro de carga se deteriore y cuando ha colapsado ha hecho que colapse parte del edificio, pero es aventurado decirlo a estas alturas”, ha insistido mientras recuerda que la ley valenciana obliga a pasar inspecciones a los edificios de mas de 50 años “y no es el caso”.
Vilagarcés ha incidido en que la entrada al edificio es segura “tras corroborar” tanto el arquitecto municipal como el de la Generalitat que la estructura está bien.
Y hay bomberos que “observan en todo momento las grietas en zonas donde no va a entrar gente y si hubiera cualquier ruido o movimiento, daremos orden de salir”, señala.
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