Economía
Los agricultores valencianos denuncian una oferta de Lidl de sandía donde el productor “pierde hasta la camisa”
Aseguran que el precio que ofertan puede incurrir “en una presunta venta a pérdida”
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) ha presentado una denuncia a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), órgano dependiente del Ministerio de Agricultura, para que abra una investigación y, en su caso, sancione una oferta promocional de la cadena de distribución Lidl que, tras aplicar un descuento del 40%, expone en sus lineales sandía rayada sin semillas de origen español a 0,29 euros por kilo (€/kg), un precio que no permite cubrir los costes de todos los agentes que intervienen en la cadena alimentaria y, por tanto, puede incurrir en una presunta venta a pérdida.
AVA-ASAJA también denuncia ante la AICA a la firma alemana por la venta de melón español piel de sapo a 0,45 €/kg tras rebajar en un 34% la tarifa anterior.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, afirma que “estos precios son un escándalo porque, después de descontar los gastos de manipulado y confección, el transporte, la distribución hasta el lineal y los beneficios de Lidl, al agricultor no le quedan ni las gracias y pierde hasta la camisa. Además, con este tipo de campañas abusivas la gran distribución acaba de reventar la viabilidad económica del cultivo de cara al tramo final de la campaña, la cual ha sido desde el principio un auténtico desastre entre las importaciones de países terceros y el freno de nuestras exportaciones a Europa”.
Para Aguado, “el Gobierno no puede seguir de brazos cruzados y, a través de la AICA, debería investigar y castigar de manera ejemplar aquellas prácticas que violan la Ley de la Cadena Alimentaria aprobada el año pasado y que está pendiente de una profunda reforma reivindicada por las organizaciones agrarias. Todos los eslabones de la cadena han de recibir una compensación justa. Nadie, y menos el productor que es de quien vive el resto, debería pasar la mano por la pared. Con estos precios en el campo no se puede trabajar y la sandía es un buen ejemplo: por culpa de la continuada falta de rentabilidad, esta fruta ha pasado de ser un cultivo característico de la agricultura valenciana a tener una presencia residual”.
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