Política

La tasa turística reabre el conflicto dentro del Gobierno valenciano

“Nadie deja de ir a París por pagar dos euros más”, dice Oltra, mientras Puig mantiene las distancias

Dos turistas se fotografía en una calle del centro histórico de València, este domingo
Dos turistas se fotografía en una calle del centro histórico de València, este domingoBiel AliñoAgencia EFE

La posibilidad de implantar una tasa turística en la Comunitat Valenciana es una cuestión espinosa que, año tras año, desde que el actual Gobierno del Botànic llegó al Palau de la Generalitat, genera conflicto entre los miembros del mismo.

Aunque el año pasado se dio una tregua puesto que era el año de la pandemia,Compromís y Podemos han vuelto ala carga con esta medida, y los dos vicepresidentes de ambos partidos, Mónica Oltra y Héctor Illueca propusieron el martes que esta tasa se incluya en los Presupuestos dela Generalitat para 2022.

Si bien el secretario autonómico de Turismo, el socialista Francesc Colomer, se ha mostrado hoy totalmente en contra de este impuesto, al considerar que perjudicaría al sector, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, del mismo partido, ha sido mucho más cauto. El sector turístico es «fundamental» y lo importante ahora es «acompañarlo en la salida de la crisis» que ha sufrido a causa de la pandemia. Han sido sus únicas declaraciones al respecto de la propuesta de Oltra e Illueca, y ha asegurado que todavía no ha podido hablar con ellos sobre el asunto.

Mucho más claro ha sido el presidente de la Asociación de Apartamentos Turísticos de la Comunitat Valenciana (Aptur), Miguel Ángel Sotillos, quien ha calificado de «absoluto despropósito» la propuesta.

En declaraciones a EFE, Sotillos ha advertido de que el daño económico y de reputación que puede causar al sector solo el anuncio «es una auténtica barbaridad».

Pero la vicepresidenta Oltra ha insistido hoy en que «las personas que viajan, no van a dejar de hacerlo» por la puesta en marcha de una tasa turística, que todavía hay que concretar y que pretende revertir en la promoción de viviendas para jóvenes y ayudas al alquiler. «Nadie va a dejar de ir a París, a Bruselas o a Mallorca por pagar dos euros la noche por alojamiento».