Deportes
Muere un chico de 16 años, joven promesa de la Doma, al caerse del caballo
Conmoción en la sociedad alicantina por el accidente mortal, “echaremos de menos su sonrisa”
Jairo Huertas, un joven alicantino de 16 años considerado una prometedora figura de la Doma ha fallecido tras varios días ingresado en el hospital La Fe de València a consecuencia de una caída del caballo.
La triste noticia ha causado una enorme conmoción en el mundo de la Doma, en las asociaciones de Moros y Cristianos y, por supuesto, en todo su círculo más cercano.
El joven, que también formaba parte activa de la asociación de Moros y Cristianos del barrio de Altozano de la ciudad de Alicante, se accidentó el pasado viernes en Valencia cuando preparaba un concurso de Doma en esa provincia.
La presidenta de la asociación de Moros y Cristianos de Altozano, Miriam Parodi, que es amiga personal de la familia, ha informado a Efe de que el caballo que montaba la víctima, J.H., resbaló durante el entrenamiento y provocó la caída del jinete.
Aunque en principio pareció una caída sin más importancia, al levantarse el caballo golpeó accidentalmente con la herradura de una pata delantera la cabeza del joven y le causó lesiones de extrema gravedad.
El jinete ingresó de urgencia en el hospital La Fe de València y fue intervenido quirúrgicamente en dos ocasiones hasta que el pasado martes falleció.
El cuerpo fue trasladado ayer hasta su ciudad natal, Alicante, donde ha sido velado y ya incinerado a la espera de que sus restos sean llevados al Rocío (Huelva) por expreso deseo de la familia.
Tanto el entorno del menor como en su colegio y en la asociación de Moros y Cristianos, donde protagonizaba la doma delante de las escuadras, ha causado una honda conmoción el fatal accidente, como se reflejó en la presencia multitudinaria durante el velatorio en el tanatorio de Alicante.
Carta de despedida
El Colegio Carmelitas de Alicante ha publicado una carta de despedida: “Manotazo duro e inesperado. Echaré de menos tu sonrisa de niño-grande, de jinete de sueños e ilusiones rotas, tus conversaciones taurinas de bocata y recreo, tus chascarrillos e ironía. Fuiste un alumno afable, querido, a quien le impartí varias asignaturas, incluida la de la vida, que hoy cruelmente te ha arrebatado. Pero sé que ahora estás cabalgando entre nubes de paz y tranquilidad, Corre, trota, galopa... hacia la más bella presencia, que ya te acoge entre sus brazos, aunque dejes solos a tus padres y profesores esperándote. Hasta siempre, Jairo”.
✕
Accede a tu cuenta para comentar