Gabriel Serrano-Presidente de Sesderma
«Antes el pez grande se comía al chico. Ahora el pez más rápido es el que gana»
«Tras todas las crisis que he vivido en los 33 años que tiene la empresa, la de la pandemia fue distinta para mí»
El fundador de los laboratorios Sesderma y Mediderma, Gabriel Serrano, es doctor en Dermatología y Venereología por la Universidad de Valencia y director médico de la Clínica Dermatológica Doctor Gabriel Serrano desde 1976. Se graduó en la Universidad de Valencia y fue jefe clínico del Servicio de Dermatología del Hospital General Universitario de Valencia durante más de 25 años. El actual miembro de la Ilustre Academia de Ciencias de la Salud Ramón y Cajal y de la Academia de Española de Dermatología y Venereología ha explicado a LA RAZÓN cómo su empresa tuvo que hacer frente a lo que califica como «uno de los golpes más duros que ha vivido» a raíz de la pandemia pero le sirvió para profundizar en la investigación y encontrar nuevas vías de solución para el sector de su especialidad. El esfuerzo dio sus frutos con la línea de la lactoferrina, que le ha dado muchas satisfacciones por la excelente acogida que ha obtenido.
- ¿Cómo vivió Sesderma la crisis que se trajo la pandemia?
Se cerraron casi todos los puntos de venta, también las farmacias y parafarmacias de centros comerciales, y vivimos un descenso importante en las ventas. Además, nuestros productos tradicionales iban dirigidos a clínicas que no podían abrir. Después de todas las crisis que he vivido en los 33 años que tiene la empresa, esta fue distinta para mí.
- ¿Cómo se adaptó la empresa a la nueva situación?
Tuvimos que hacer malabarismos para poder superar la situación, e invertimos en productos que pudieran llegar a las grandes superficies y a los supermercados en la pandemia, como el gel higienizante, democratizando los precios para llegar a todos.
Aumentaron las ventas online, pero al consumidor español le gusta probar los productos en persona, en las tiendas. Por lo que fueron las filiales internacionales las que recuperaron las pérdidas en España. Mientras, aquí se produjo una reestructuración empresarial, con nuevos directores e incorporaciones; era necesaria. Así, en 2020 superamos los ingresos del curso 2019, y luego sucedió lo mismo el año siguiente. Antes el pez grande se comía al chico. Ahora, es el pez rápido el que gana.
- A nivel personal, ¿qué supuso esta crisis para usted? ¿Qué reflexión hace al respecto?
Echando la vista atrás, lamento la falta de sensibilidad en este periodo. Nos acostumbraron a ver cifras de muertos como goles de un partido de fútbol. Muchos entierros no se pudieron realizar, no existía consuelo para las personas fallecidas ni para los familiares.
Sin embargo, dieron la talla los de siempre: los médicos. Recuerdo cuando regalamos cientos de miles de mascarillas a hospitales de toda España, y también recuerdo las caras de felicidad del personal… No tenían ningún material en medio de todo el caos sanitario.
Los hospitales se bloquearon y ahora siguen saturados, pero los médicos aceptan el trabajo pese a tener muchísimo riesgo. Se encuentran en una situación vulnerable, pueden encontrarse con muchos inconvenientes.
- ¿Su empresa se lleva algo bueno de este año y medio de pandemia? ¿Valió la pena reinventarse?
La línea de investigación puntera centrada en la lactoferrina se inició en el comienzo de la pandemia. Se trata de una proteína que se encuentra en la leche materna y genera una mejora en el sistema inmunológico, y que, además, ha resultado ser un éxito mundial. Se han comprobado resultados efectivos en Rusia, México, Brasil, y ahora se están realizando estudios en un gran hospital de Miami.
Lamentablemente, aquí se confundió con un medicamento y se malinterpretó. Lo presentamos como un suplemento de la dieta, no como un medicamento. Cuando aumentas tus defensas, resistes mejor infecciones respiratorias, víricas y bacterianas, pero además tiene implicaciones en la edad, en trastornos degenerativos neuronales, y en multitud de procesos metabólicos como la diabetes. No solo frente a la Covid-19.
- ¿Qué balance hace entonces tras este episodio traumático para toda la sociedad?
Este virus mata, pero el hambre también. El desempleo mata y el desequilibrio emocional mata. Muchas cosas se podían haber hecho mejor en plena crisis de la pandemia. He visto egoísmo, también vagancia y sobre todo insolidaridad. Pensaba que habría una movilización masiva para superar la situación como ocurrió tras la Segunda Guerra Mundial, y lo que ocurrió, es que cada uno iba por su lado. Espero que la gente recapacite, medite y haga por cambiar las cosas.
Todos debemos ser solidarios con las personas más vulnerables de nuestra sociedad, y particularmente, tener un mayor respeto hacia nuestros ancianos, que nos han permitido la actual situación de bienestar que hemos disfrutado en los últimos años.
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