Fallas
Destrozan la zona genital de una falla de Valencia con forma de mujer desnuda
La artista fallera, Anna Ruiz Sospedra, asegura que el ninot ya no tiene arreglo
Una falla de València con la figura de una mujer desnuda sentada en el suelo ha sido mutilada en la zona genital, donde un grupo de personas le ha propinado una patada y tras romperla se ha marchado corriendo.
Se trata del monumento titulado ‘Vita Activa’, creado por la artista Anna Ruiz Sospedra para la comisión Lepanto-Guillem de Castro, una de las fallas experimentales que se plantan en la ciudad de València
“En parte me sorprende, no porque no sepa que existe esa aversión a mostrar el cuerpo desnudo de la mujer, pero me alucina porque justamente con esta falla estaba hablando de la necesidad de romper con el tabú de censurar los cuerpos”, ha explicado a EFE esta artista valenciana.
Ruiz ha destacado que la mayoría de veces el cuerpo de la mujer “ha sido utilizado más como consumo erótico y pornográfico”, y por ello con esta obra pretendía mostrarlo “desde su potencia y belleza”.
“No pensaba que fuera ofensivo, al fin y al cabo todos hemos nacido de una vagina y hemos sido alimentados por unos pechos, así que no creo que pueda ser nada censurable”, ha reivindicado la artista, quien se dedica al mundo de las Fallas desde 2008 y lleva plantando para esta comisión fallera los últimos años.
A falta de revisar en profundidad los daños, Ruiz cree que no tendrá arreglo el destrozo de la falla, pues además la lluvia que está cayendo en València tampoco acompaña para poder trabajar y arreglarlo.
En las 24 horas que esta figura de mujer desnuda ha estado plantada en a la calle, las reacciones que le han llegado a la artista han sido en general “muy positivas”, y no ha dejado de sorprenderle que la gente hiciera sobre todo fotos al sexo, lo que a su juicio evidencia que “algo natural sigue siendo un tabú” y que cuando se muestra genera dos visiones: alegría o burla.
Ruiz ha explicado que este monumento fallero es “una introspección, un estado de ánimo” en el que se encontraba cuando la diseñó, pues se dio cuenta de que tras la maternidad y otra serie de acontecimientos “no tenía tiempo para la reflexión, para el pensamiento”.
Se acordó entonces de un libro de Hannah Arendt que “justamente hace referencia al diálogo que deberíamos mantener con nosotros mismos”, y ha buscado reivindicar “a todas las mujeres, pero en realidad a todas las personas y a esa necesidad de introspección y de preguntarnos cómo estamos, qué somos y en qué momento estamos”.
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