Gabriela Bravo cantó las verdades

La consellera de Justicia, Gabriela Bravo, no hizo otra cosa que expresar lo que piensan la mayoría de los ciudadanos, que la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, debería dimitir si resulta imputada tras pedirlo al Tribunal Superior de Justicia el juez instructor por ver indicios de delito en la actitud de su Conselleria en el caso de su exmarido condenado por abusos a una menor.

Bravo, al ser preguntada por los compañeros de Cope sobre si consideraba que Oltra debería hacerse a un lado si es imputada, respondió «cada uno es dueño de sus decisiones... pero yo ante una situación en la que se compromete la credibilidad de la institución a la que represento, me lo plantearía». No dijo que dimitiría, pero todos, absolutamente todos, interpretamos esas palabras, perfecta e inteligentemente meditadas, como una invitación a hacerlo. Además, es lo lógico. Más aún si recordamos las manifestaciones y actitudes de Oltra en la oposición, exhibiendo camisetas contra los imputados del PP y subrayando en Les Corts, que si se viera imputada como Paco Camps, se iría a su casa.

Total, Bravo dijo una verdad incuestionable que, a juzgar por las reacciones desde Compromís, picó donde duele y provocó un terremoto político de importantes dimensiones, que adquirió mayor intensidad cuando, a las pocas horas, el conseller de Educación, Vicent Marzà, anunció su dimisión para dedicarse al partido en otra clara intención de relevar a la hasta ahora lideresa de la candidatura a la Presidencia de la Generalitat en 2023. O antes. Así es la vida.