Crimen de Alcàsser
Piden nuevos análisis de ADN de la ropa y otros restos de las niñas de Alcàsser
La acusación popular señala que “no se han encontrado vestigios que vinculen biológicamente a Anglés con las víctimas”
La acusación popular que ejerce la Asociación Laxshmi, para la Lucha contra el Crimen y la Prevención, en el caso del triple crimen de Alcàsser ha pedido que se realicen nuevos análisis de ADN en ropa de las niñas y otros restos encontrados en varios escenarios relacionados con este suceso.
El criminólogo y responsable de esta asociación, Félix Ríos, ha presentado nuevos informes al Juzgado de Instrucción número 6 de Alzira, el responsable de la investigación, en el que reclama que el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses trate de encontrar ADN de diversas muestras.
Se trata concretamente de una sábana blanca que cubría un colchón de espuma en la caseta de La Romana, varias fibras del forro de un colchón hallado en el mismo lugar, ropa interior de Toñi, las camisetas de Desirée y Miriam, un pedazo de tapizado del Opel Corsa de Miguel Ricart, unas raspaduras tomadas del interior de la citada caseta y de un trozo de madera del mismo lugar, así como de la moqueta en la que se envolvió a las víctimas.
Según el experto en genética y director del Laboratorio de Genética Forense del Instituto de Medicinal Legal de Las Palmas, José Juan Pestano, y el criminólogo Félix Ríos, las técnicas de amplificación de ADN actuales pueden permitir encontrar ADN donde no se obtuvo en los años 90.
Algunas de esas muestras, según han explicado esta acusación, dieron positivo en los años 90 en pruebas orientadoras sobre semen o sangre, “pero no dieron confirmación en pruebas posteriores o no se practicaron por falta de tiempo, ni se obtuvo ADN, posiblemente por la baja sensibilidad de las pruebas y tecnología de ADN de la época”.
“A la espera de la llegada de resultados de numerosas pruebas forenses que solicitamos y se acordaron por parte del juzgado, hasta la fecha no se han encontrado vestigios que vinculen biológicamente a Anglés con las víctimas, o a estas con determinados escenarios o elementos del crimen”, ha señalado Ríos.
Con esta última petición el equipo que lidera Ríos considera que “queda concluida la revisión forense del caso Alcàsser. El equipo del Proyecto Prometeo, ha realizado un total de siete informes de revisión”.
Estos informes han sido sobre los vehículos de Ricart y Anglés, pelos y otros elementos hallados en los escenarios, sobre aspectos antropológicos del caso, recomendaciones en la búsqueda internacional de Anglés, sobre la huida de dicho prófugo, sobre interpretación de posibles manchas de sangre en el Opel Corsa, y viabilidad de pruebas genéticas en determinadas piezas de convicción.
Esta acusación considera que “ya se han abarcado todas las posibles áreas forenses que podían reevaluarse en el presente caso, siempre dirigidas a los objetivos que permite la pieza separada del sumario que se encuentra activa en la actualidad”.
“Por tanto, el equipo forense del Proyecto Prometeo y la Asociación Laxshmi pasan a postura reactiva en cuanto al presente caso, sólo realizando aportaciones interpretativas de los posibles resultados que vayan llegando de las pruebas admitidas por el juzgado, y/o las que estén por acordarse”, han agregado.
El pasado enero se cumplieron 29 años del hallazgo de los cadáveres de Miriam, Toñi y Desirée, las tres chicas de entre 14 y 15 años que habían desaparecido dos meses antes. Fueron dos apicultores quienes los hallaron semienterrados en un paraje cercano al pantano de Tous denominado La Romana.
La sentencia dictada en septiembre de 1997 por la Audiencia de Valencia, y confirmada posteriormente por el Tribunal Supremo, dictó que “Miguel Ricart, en compañía de otro varón identificado y que no se encuentra a disposición del Tribunal -en referencia a Antonio Anglés-, y posiblemente de alguna otra persona más”, secuestraron a las tres adolescentes para satisfacer sus deseos sexuales.
Las víctimas fueron sometidas a violaciones y torturas extremas y al amanecer del día siguiente fueron ejecutadas y enterradas en una fosa que sus asesinos conocían, pues les había servido con anterioridad para ocultar una moto robada.
La investigación judicial sobre lo sucedido, de la que es responsable el citado juzgado de Alzira, está completamente agotada, aunque queda abierta una pieza dedicada exclusivamente a la localización de Anglés, uno de los prófugos más perseguidos de toda Europa.
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