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Air Nostrum reduce sus pérdidas un 95 por ciento y confía su futuro al incremento de pasajeros

La compañía incluye en su plan de viabilidad la integración con CityJet

El presidente de Air Nostrum, Carlos Bertomeu, en la rueda de prensa esta mañana
El presidente de Air Nostrum, Carlos Bertomeu, en la rueda de prensa esta mañanaJorge GilEuropa Press

La compañía aérea de vuelos regionales Air Nostrum, que obtuvo la pasada semana un préstamo participativo del Estado de 111 millones de euros, incrementó sus ventas un 26 por ciento durante el año pasado hasta llegar a los 324,2 millones de euros, frente a los 256,5 millones de euros en 2020, y redujo sus pérdidas un 95 por ciento, con unos números rojos de 7,3 millones de euros, frente a los 140,4 millones de pérdidas en 2020, el año en el que empezó la pandemia.

Así lo ha anunciado esta mañana el consejero delegado de Air Nostrum, Carlos Bertomeu, durante la presentación de los resultados de la compañía -pendientes de aprobación por parte de la Junta de Accionistas-, donde ha aprovechado para explicar el proceso de aprobación del préstamo participativo de la SEPI aprobado el pasado 31 de mayo y cómo se dibuja el futuro de la empresa a partir de ahora.

Bertomeu, quien ha asegurado que sin la aprobación de este préstamos -que no rescate- la empresa no habría podido seguir, ha señalado que Air Nostrum se está recuperando de la crisis ocasionada por la pandemia mejor que la media del sector, con un incremento en el número de pasajeros del 58 por ciento en 2021 y un aumento del 55 por ciento en el número de operaciones, frente al 39 por ciento de media del sector.

El empresario ha señalado que la consolidación con la compañía CityJet está, prevista desde mucho antes de la pandemia, está incluida en el plan de viabilidad presentado ante la SEPI para la obtención del préstamo, que se une a los 142 millones que Air Nostrum ya solicitó al ICO. “Queremos recuperar mercados y volúmenes de tráfico prepandemia, por lo que seguimos apostando por la integración con CityJet, porque nos creemos la complementariedad con ellos”.

En cuanto al coste del préstamo participativo del Estado, que tendrá que ser devuelto en los próximos años, ha explicado que se trata de unas condiciones regladas, en las que se paga el 3,5 por ciento de intereses durante los primeros cuatro años, se pasa al cinco por ciento en el quinto año y al 7 en el sexto. La recepción de dicho crédito incluye la participación de un observador del Ministerio que asistirá a las reuniones del Consejo de Administración de la compañía.

Con este nuevo préstamo, la deuda total de la compañía asciende a casi 300 millones de euros.

Bertomeu ha asegurado que él insistió en que el préstamos debía ser participativo en su totalidad, puesto que así la empresa cuenta con mucho más solvencia en un sector “en el que acudimos muchas veces a hablar con los bancos”. En esta modalidad de crédito, en el caso de que no pueda ser devuelto, el prestamista -en este caso el Estado- pasaría a ser accionista de la empresa.

Las consecuencias de la guerra

Por lo que respecta a cuándo tiene previsto la empresa entrar en beneficios, Bertomeu ha explicado que en este momento es incapaz de realizar una estimación. “Si me lo hubieran preguntado hace unos meses, cuando se pensaba que la guerra de Ucrania iba a durar poco tiempo, habría dicho que este mismo año, pero ahora ya no lo sé”.

Si bien es cierto que el número de pasajeros en todo el mundo y especialmente en España está creciendo de manera exponencial durante el año, la incertidumbre que genera el escenario inflacionista y, sobre todo, el incremento disparado del precio del keroseno dibujan un escenario oscuro para el futuro. De hecho, ha señalado Bertomeu, la guerra de Ucrania está afectando más al precio del combustible para aviones que al petróleo de referencia. El precio del primero ha crecido un 54 por ciento mientras que el del segundo lo ha hecho un 25.

En cualquier caso, el consejero delegado ha querido mostrarse optimista y ha asegurado que “este año estamos mejor que la media” ya que el impacto en el numero de pasajeros desde que empezó la guerra en Ucrania aún no se ha notado. “Primero por la recuperación de la movilidad explosiva, y segundo porque España les gusta mucho a los turistas y la recuperación del tráfico está siendo más rápida de lo que cualquiera hubiera pensado”.

Ahora bien, otra cosa es el impacto en el coste del keroseno, que sí es muy relevante, así como en la confianza del consumidor.