Crisis Generalitat
La economía, el pilar sobre el que Ximo Puig sostiene el Botànic
Los socialistas apuntalan el Consell de coalición con la gestión de proyectos como la gigafactoría de Sagunto
En lo político no han sido días fáciles para el Gobierno valenciano. El terremoto provocado por la imputación de la número dos del Consell, Mónica Oltra, su posterior dimisión y las acusaciones que esta realizó a los socialistas valencianos han tambaleado los cimientos de un pacto, el del Botànic, que se ha debilitado a lo largo de los siete años de coalición.
Mientras Compromís trata de recuperarse de lo que supone perder a su política más carismática, el PSPV toma aire y analiza con frialdad la situación. La suma tiene que dar en 2023, explican desde el entorno de Ximo Puig, y para eso hay que seguir defendiendo lo conseguido hasta ahora.
«Gestión, gestión y gestión», insisten, y repasan cómo las buenas noticias económicas suponen un claro contrapeso a las que hablan de cómo se rompe el proyecto del Botànic.
El conseller de Hacienda y Modelo Económico, Arcadi España, se ha encargado de dibujar el escenario excepcional que vive la Comunitat Valenciana, «gracias a las inversiones realizadas por el Consell y a su apuesta por atraer grandes proyectos que evidencian la confianza que está depositando la empresa privada en un territorio de oportunidades».
En la Generalitat se aferran a dos proyectos de gran importancia económica confirmados en los últimos meses. La gigafactoría de Volskwagen en Sagunto y la transformación de la planta de Ford Almussafes, «son dos hitos históricos» para la economía y el empleo de la Comunitat.
«Solo en el primer proyecto se ha anunciado una inversión de más de 3.000 millones de euros y la creación de 3.300 puestos de trabajo en el vehículo eléctrico». Añade también el centro de desarrollo de HP o la instalación de Toshiba-Mitsubishi en la Marina de Valencia.
«Somos una administración proactiva y emprendedora, dialogante con los agentes sociales y que apuesta por la colaboración público-privada».
En esta estrategia, presumen de haber logrado darle la vuelta a proyectos que no funcionaron de la era del PP. La Ciudad de la Luz de Alicante es uno de estos ejemplos.
Proyectos heredados
En este complejo se habían invertido más de 400 millones de euros, «pero no se podía utilizar para su finalidad, que era rodajes de series, de películas, de actividad audiovisual. Ahora ya se puede después de negociar con la Unión Europea».
Además, esta semana pasada se inauguró el Àgora de València. «La Generalitat ha posibilitado que este edificio emblemático que no tenía ninguna utilidad, albergue un CaixaForum para ser motor y corazón cultural de la ciudad».
En esta lista, añade España varias infraestructuras, como la línea L10 de Metrovalencia. Los gobiernos del PP invirtieron 200 millones en su construcción, pero en 2011 paralizaron la obra y, por tanto, su puesta en marcha. El Botànic la retomó para acabarla y invertido 53 millones de euros.
Completa la lista el aeropuerto de Castellón, que «no tenía aviones, ninguna funcionalidad y había muchos millones de euros de todos los valencianos gastados en una infraestructura sin rentabilizarla. Ahora vuelve a tener vuelos comerciales y turísticos, y también tenemos una actividad industrial y un centro de formación de Formación Profesional».
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