Desde hace casi una década, la erosión y los fuertes temporales han ido reduciendo el volumen de la arena en las playas del litoral norte de Oropesa del Mar, que ven cómo se reduce su tamaño y cómo peligra el equilibrio de las costas. Sin una actuación rápida y efectiva, el agua puede llegar a invadir la primera línea de playa y producir pérdidas significativas, tanto económicas como sociales y medioambientales, en apenas treinta años.
Jordi Llopis es concejal de Playas y Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Oropesa, desde donde el pasado viernes se presentó un informe que analiza el estado de las playas del municipio y propone nueve alternativas de actuación para regenerar el litoral. En el acto participaron también representantes de los municipios vecinos, que se encuentran ante problemáticas similares.
¿Cuál es el estado actual de las playas de Oropesa?
En Oropesa hay tres playas principales: la de La Concha, que es la más resguardada de las tres; y las dos del litoral norte, Les Amplàries y Morro de Gos. Estas dos, y sobre todo la última, son las más afectadas por los temporales y la erosión. En 2020 llegó la borrasca Gloria, y la playa de Morro directamente despareció. Desde ese momento, a pesar de las diversas actuaciones que hemos llevado a cabo para evitarlo, se encuentra en desequilibrio.
¿Cuándo está una playa en situación de desequilibrio?
La principal defensa de una playa contra el nivel del mar es el volumen de arena que tenga.Si una playa tiene la suficiente superficie, la ola no frena produciendo una erosión, sino que se desliza a lo largo de la playa. Es lo que pasa, por ejemplo, en La Concha, a la que las corrientes llevan la arena de las otras dos playas. En Morro de Gos, el temporal Gloria y la borrasca Filomena redujeron mucho el volumen de arena, que no ha podido recuperar completamente su equilibrio inicial.
¿Parcialmente sí?
Sí, hemos trasvasado arena desde la zona sur al litoral norte en dos ocasiones, para preparar las playas de cara al verano. El problema es queel trasvase debería ser de unos 200.000 metros cúbicos para que la playa recuperase el volumen perdido, y nosotros este año hemos podido mover unos 12.000. Un trasvase mayor precisaría de unas infraestructuras de las que carecemos. Pero este “parcheo” que nosotros hacemos es cada vez más insuficiente. Si no se actúa, los daños que sufre el litoral por la propia actuación del mar serán irreversibles.
El estudio que acaban de presentar es una apuesta por medidas más definitivas que el trasvase. ¿En qué consiste?
Es un análisis de más de 1.800 páginas de la dinámica del litoral y su problemática. Pretende analizar la morfología de la playa y los cambios que se han producido en las últimas cuatro décadas, así como la actuación del mar, cuyo oleaje cuando llega un temporal ha pasado de tres metros de altura a cuatro, y con Gloria llegó hasta los seis. Por efectos del cambio climático, todo el litoral está expuesto a más temporales. El estudio concluye con nueve alternativas posibles de regeneración.
¿Cuáles son esas alternativas?
Van desde la alternativa cero, que es no hacer nada, hasta diferentes propuestas de actuación: principalmente construcción de espigones o aportes de arena, de forma que las medidas sean respetuosas con el medio ambiente, económicas, efectivas y lo más inmediatas posible. Esa alternativa cero, que implica no gastar ahora, sería en realidad la más costosa a largo plazo, por los daños que podría llegar a producir. En septiembre presentaremos el estudio en el II Congreso “Cada grano de arena cuenta”, e intentaremos consensuar cuál es la alternativa más efectiva.
Incluye datos como el movimiento de las corrientes, la granulometría del fondo oceánico, la localización de los bancos de posidonia... Es un trabajo adelantado, un punto de partida para futuros informes que se necesiten para autorizar cualquier actuación en las playas. Hace un mes se presentó el borrador definitivo, que ya hemos trasladado al Servicio Provincial de Costas de Castellón.
¿Hay propuestas similares a esta en otros municipios?
Sí, en Cabanes, por ejemplo, que son vecinos nuestros, van a iniciar este verano un estudio que va en la misma línea, y que puede contribuir a aportar más datos. Toda esta zona de la Comunidad, por cómo se comporta el mar, se ven especialmente afectadas por los temporales. El mar tiende a aumentar con el cambio climático, y las corrientes son impredecibles, no se sabe cuándo o dónde van a dejar más arena. Por eso son necesarias las medidas de protección.