Historia

Así es el emblemático edificio de Valencia que acogió Las Meninas durante la Guerra Civil

La ciudad del Turia se utilizó para proteger de los bombardeos algunas de las joyas más destacadas del Museo del Prado

Torres de Serrano
Imagen de las emblemáticas Torres de SerranoDavid RotaAlicia Romay

Es bien sabido que Valencia fue capital de la II República durante once meses (entre noviembre del 1936 y octubre de 1937) debido a la huida desde Madrid del Gobierno del momento, escapando de la ocupación del ejército sublevado. Así, la capital del Túria fue durante aquel tiempo el centro del país, con todas las sedes de los edificios oficiales y diferentes instituciones nacionales.

Pero esto no fue lo único que se trasladó a la capital valenciana. Durante los primeros meses de la guerra, la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico, dependiente del Gobierno republicano, se dio cuenta de que los bombardeos del conflicto ponían en peligro el tesoro nacional del Museo del Prado, una de las mayores pinacotecas del mundo.

Por eso, se decidió trasladar los cuadros más importantes de la colección a un lugar seguro. Valencia fue elegida para tan importante misión y dentro de la misma, la fortaleza de las Torres de Serrano, junto con el Colegio del Patriarca, fueron las ubicaciones determinadas para proteger las obras, entre las que se encontraban las legendarias Meninas de Velázquez. Esta obra fue resguardada en el Colegio del Patriarca ya que, por sus dimensiones, no podía ser introducida en la fortaleza.

Con respecto a la fecha hasta la cual las obras de arte permanecieron escondidas en estas ubicaciones, las fuentes consultadas ofrecen diferentes versiones, aunque la mayoría de ellas apuntan a que salieron de la ciudad junto con el Gobierno republicano, es decir, en octubre de 1937.

Si quieres saber más sobre esta historia, te recomendamos la novela "Los Guardianes del Prado", del valenciano Javier Alandes.

Las Torres de Serrano, lugar emblemático para todos los valencianos, se construyeron a finales del siglo XIV como estructura de protección ante cualquier ataque o asedio de la ciudad, que se encontraba amurallada. Era considerada la puerta principal de acceso a Valencia. Tras el desmantelamiento de la muralla, se utilizó como prisión y, siglos más tarde, se acondicionó para la recepción de las obras de arte evacuadas.

Para ello, se recubrió el interior de las Torres de Serranos con acero y hormigón y se dispuso también de materiales ignífugos. El reto era proteger las obras a toda costa, incluso en el caso de que las Torres recibieran impactos de balas o de bombas. Aquí se mantuvieron Las Meninas durante año y medio hasta que la obra fue trasladada a Barcelona y, más tarde, a Ginebra (Suiza).