Opinión. A través del espejo
La "bomba" de Compromís sobre las adjudicaciones de los docentes valencianos
O no sabían que el sistema no estaba preparado o lo obviaron para "quemar" al conseller
El Consell del «Botànic» pasó dos legislaturas hablando de la herencia recibida. Lo hicieron con más o menos razón en diferentes ocasiones, aunque con menor crédito a medida que pasaban los años. Este es uno de los motivos por el que llama la atención que la oposición cargue contra el recién llegado Gobierno por el caos que ha llevado a miles de profesores a no saber cuál era su destino hasta mitad de agosto. Muchos de ellos aún no lo tienen claro, puesto que hay interpuestas 400 reclamaciones.
Criticar es gratis e incluso emitir comunicados-viene incluido en el sueldo del periodista que los envía- aunque algunos solo tienen sentido si se presentan en un juzgado.
Me refiero a la pregunta que formulará en Les Corts el diputado de Compromís Gerard Fullana. «¿Ha modificado la Conselleria de Educación manualmente el sistema informático para introducir personas afines en los listados?» Y sigue: «Es imposible que el sistema informático que ha funcionado durante años ahora se colapse si no es porque se ha intentado modificar los listados de alguna manera».
LA RAZÓN intentó sin éxito que desde el grupo parlamentario se explicara si había alguna evidencia para lanzar una afirmación constitutiva de un delito y que además, suma mayor incertidumbre a los profesores.
La respuesta podría visualizarse como esa imagen de la bola de plantas- salicornia- pasando por el desierto.
Decía el conseller de Educación, José Antonio Rovira, en la rueda de prensa que dio para dar explicaciones sobre lo sucedido, una práctica poco habitual en sus antecesores, que sabía que Compromís le iba a dejar varias bombas. Incluso afirmó que el anterior equipo no sabía que esto podía pasar. El sistema-explicó- falló porque no previeron las circunstancias extraordinarias, constatadas y probadas, de este proceso.
En la adjudicación de este curso concurrían los docentes que habían logrado la estabilización de su plaza, los que se habían presentado a las oposiciones y supieron su nota el 31 de julio, los docentes de FP que cambiaban (por primera vez) de cuerpo por un decreto del Ministerio de Educación y los que interinos cesados de su plaza a final de curso.
Rovira expuso motivos para concluir que no dejaron preparado el sistema. Aunque hay otra opción, aún más triste. Que lo supieran y prefirieran «quemar» a un conseller aunque los perjudicados fuesen los docentes.
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