Agricultura

El calor y el recorte del trasvase Tajo-Segura lastran la agricultura de la provincia de Alicante

Asaja pide un plan de choque al Consell para salvar el cultivo de la cereza tras cuatro campañas de mermas en las cosechas

La sequía en el sur de Alicante se ha convertido en estructural
Asaja ha presentado hoy su balance agrario para la provincia de Alicante.larazon

El campo de la provincia de Alicante cierra un 2023 marcado por los extremos del clima, sequía y lluvias torrenciales a destiempo, y por el recorte del trasvase Tajo-Segura; algo que sí o sí ha provocado que la agricultura haya sido menos productiva en cultivos como cereales, melones y sandías, cerezas o almendra. Algo que, el presidente de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores de Alicante, José Vicente Andreu, define como “sequía hídrica” y “sequía política”, en alusión este último concepto a la imposición del caudal ecológico en el delta del Ebro que, a su vez, ha supuesto una reducción de entre 70 y 110 hectómetros cúbicos en el agua trasvada al Segura.

Si 2022 fue el año de la guerra de Ucrania, el agua y la lucha contra el fuego, 2023 ha sido el de la sequía”, ha dicho Andreu, que presentó el informe titulado «2023, un año marcado por la sequía», un balance de la actividad agraria en la provincia. En la presentación estuvieron también el vicepresidente primero de Asaja y presidente de la DO Vinos de Alicante, José Juan Reus, el secretario técnico de la institución, Ramón Espinosa, y responsable sectorial ganadero, Juan Luis Gimeno.

Las consecuencias directas del recorte del trasvase son, según Asaja que en julio pasado hubiera escasez de melones y sandías, ya que ambos cultivos dependen del trasvase. “Si seguimos en los próximos años ocurrirá lo mismo, dado que en la cuenca del río Segura la situación alarmante y las reservas hídricas están al 19,21%, siendo la menor de los últimos diez años”, ha explicado Andreu

Alteración de los ciclos de floración

Además de la sequía, el cambio climático, con olas de calor intermitentes, también altera los ciclos de floración de los árboles, al tiempo que las lluvias fuertes puntualmente dañan los frutos antes de ser recolectados. En algunos cultivos, como es el caso de la cereza, la situación es dramática, dado que acumula cuatro campañas consecutivas con mermas en las cosechas. En 2023, la producción fue de 600.000 kilos, lo que supone unas pérdidas de 25 millones de euros.

Tanto es así, que Asaja pide al Consell un plan de choque, al estilo del implantado para la industria de la cerámica de Castellón, con ayudas directas para “salvar” un producto típico de la zona de la montaña alicantina y con Indicación Geográfica Protegida, IGP.

En el caso de los cereales, la situación, según el informe, es “devastadora”, ya que se ha perdido en torno al 90% del cultivo en la provincia por la sequía del primer trimestre del año pasado. Según ha explicado Ramón Espinosa, los cultivos de cebada, trigo y avena se han visto perjudicados por la escasez de precipitaciones.

Además de la cereza, si hay otro cultivo que preocupa a Asaja es el de la almendra, dado que sufre las consecuencias de la “xylella” que devora literalmente los árboles y pone riesgo la supervivencia de las cosechas; de ahí que también se pida por parte de Asaja una intervención urgente de la Generalitat Valenciana y para ello está prevista una reunión con la Conselleria de Agricultura el próximo día 3 de enero.

Cítricos

A diferencia de otras frutas y hortalizas, la campaña de cítricos 2022-23 fue buena, de 5,7 millones de toneladas, un 0,4% superior a la anterior, si bien se ha visto afectada por el recorte del trasvase Tajo-Segura. En el caso de la campaña 2023-24, Asaja advierte en su informe de que es “la más corta de los últimos once años” por falta de agua y las condiciones extremas del clima.

El calor extremo y las pecipitaciones en meses que no es habitual que llueva también han condicionado a la apicultura. Según Andreu, la producción de miel se ha reducido un 60% en la provincia por dos razones; una es la alta mortalidad de las abejas por el parásito varroa y la otra, los efectos de las altas temperaturas y la escasez de lluvias. “Éramos líderes en España en producción de miel, y otras comunidades nos han adelantado”, ha explicado Andreu para añadir que el sector apícola es clave para el medio ambiente y para la sociedad.

De ahí que Asaja pida inversiones para los apicultores, incidiendo en que el 60% de las colmenas están en riesgo de extinción en la provincia.

Al concluir la presentación del informe, Andreu lanzó un mensaje de tranquilidad. “La agricultura es una profesión vocacional, aunque en Asaja ponemos el acento en los problemas. Somos un sector fuerte y apostamos por los productos de calidad”, comentó para después poner como ejemplo de productos de referencia la Uva del Vinalopó, la Granada Mollar de Elche, y el olivar, propio de la zona de la montaña de la provincia. “Somos la cuarta provincia de España en producción de aceite y tenemos la marca Oli d’Alacant”, dijo para destacar, igualmente, la excelente calidad de los cítricos.

Hay que seguir poniendo en valor los productos de calidad de la provincia”, ha concluido.