DANA
Casi un mes de tristeza que se refleja también en los comercios
La devastación vivida por la provincia ha tenido una importante repercusión en la afluencia a las grandes superficies
Los valencianos y valencianas están tristes. «Se nota mucho en el ambiente», comentan unos turistas de Madrid que han venido a pasar unos días y que recuerdan haber visto la ciudad de Valencia con otro color, otra alegría, en anteriores ocasiones.
La tristeza es el sentimiento que impregna todas y cada una de las localidades de la provincia, las que se vieron afectadas por las riadas del pasado 29 de octubre, y también las que no. La devastación sufrida hace casi un mes ha dejado una honda marca en el ánimo de los ciudadanos que, de manera inevitable, ha tenido una repercusión en sus hábitos de compra y de ocio. «La primera semana fue un desastre, como es lógico», asegura el representante de la Asociación Nacional Grandes de Empresas de Distribución (Anged) en Valencia, Joaquín Cerveró, quien, como el resto de valencianos, recuerda aquellos primeros días como una pesadilla.
Tras el «shock» vivido, la «actitud vital» no es precisamente la de salir de compras, por lo que es evidente, incluso en las calles más céntricas de la ciudad de Valencia, donde se encuentran las principales áreas comerciales de la ciudad, que la afluencia de personas es mucho menor que antes de la tragedia.
Aparte de la inevitable tristeza, que tardará mucho tiempo en irse, otro factor tiene también un elevado peso en la menor cantidad de personas en los centros comerciales del centro de la ciudad, y es la falta de opciones de movilidad. Sin metro, y con un servicio de autobús que no da abasto para transportar a las personas que se dirigen a sus puestos de trabajo, moverse por la ciudad se ha convertido en una tarea hercúlea.
«Hemos pedido al Ayuntamiento que refuerce el transporte metropolitano, como se ha hecho en el caso de las Cercanías, es muy importante para nosotros», explica Cerveró, quien asegura que el comercio necesita un «impulso».
En este sentido, asegura que, aunque poco a poco se va recuperando cierta normalidad, confían en que las Navidades contribuyan de manera definitiva a una mayor actividad en los comercios. «Aunque todos estemos muy tristes, al final todo el mundo querrá cenar con su familia, y hacerles un regalo a sus hijos», señala Cerveró, quien sí da por seguro que se reducirá la compra de artículo de lujo o de un precio más elevado.
«La cesta de la compra no será igual», asegura, pero señala que las previsiones de personal y de productos realizada por las grandes superficies son las mismas que las del año pasado, lo cual refleja su esperanza en que la campaña recupere cierto ánimo.
Precisamente, el Ayuntamiento de Valencia anunció el pasado martes que el encendido de las luces de Navidad se realizará el próximo día 4 de diciembre un acto que incluirá un homenaje a las víctimas de la DANA. «No podemos dejar de instalar las luces porque de ellas depende la campaña navideña de comercios y hosteleros en la ciudad», apuntó la concejala de Servicios Centrales, Julia Climent.
Según señalan desde el consistorio, los propios comerciantes de la ciudad instaron la semana pasada al Ayuntamiento a que se instalen las luces de Navidad, ya que «es vital para salvar una de las campañas navideñas más difíciles que se vive en la ciudad», y por ello se harán cargo un año más de la instalación de la pista de hielo en plena plaza del Ayuntamiento.
Zona Catastrófica
La Cámara de Comercio de Valencia ha instado al Gobierno de España a que incluya la totalidad del municipio de València como zona afectada por la DANA, teniendo en cuenta la «elevada interacción económica y social entre toda el área metropolitana». Se solicita la inclusión de la totalidad del municipio de València en la relación de municipios afectados por la DANA, recogidos en el Anexo del Real Decreto Ley 6/2024 del Gobierno de España, para que «sean de aplicación todas aquellas medidas que normativamente fuera posible».
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