Un estudio aporta nuevas pruebas sobre la autenticidad del Santo Cáliz de Valencia

La copa de ágata guardada en la Catedral de Valencia ha vuelto a ser verificada como la que usó Jesucristo en la última cena. Un estudio llevado a cabo por el investigador de la Universitat Politècnica de València (UPV) Manuel Zarzo defiende que pertenecía a la familia de San Marcos.

Se trata de una de las reliquias más importantes de la cristiandad y se venera desde 1437 en el templo de la ciudad del Turia, donde atrae la atención de turistas y peregrinos.

En el libro "El cáliz revelado" del catedrático de diseño de las Universidad Politécnica de Valencia, Gabriel Songel, publicado en 2020 se desvelaban nuevos detalles sobre esta copa tallada en piedra de ágata que, según la tradición, fue empleada por Jesús de Nazaret para instituir la Eucaristía. Posteriormente, fue llevada a Roma y se utilizó por los primeros Papas, hasta Sixto II.

Según la investigación de Zarzo, en el año 258, San Lorenzo supuestamente envió la reliquia a sus familiares en Huesca para ponerla a salvo, de modo que su trazabilidad hasta llegar a València está descrita en múltiples estudios. Sin embargo, hay muy pocos indicios del recorrido de la sagrada copa desde Jerusalén hasta Roma.

Ahora, un estudio de investigación del profesor Manuel Zarzo, de la UPV, recientemente publicado en la revista Heritage, analiza en profundidad cuál pudo ser la familia propietaria de esta valiosa copa de ágata, según han explicado fuentes de la universidad.

"Hace unos años escuché que el Cenáculo, es decir, el lugar donde Jesús celebró la Última Cena, era la casa del evangelista San Marcos, cuya familia sería también la propietaria del Santo Grial. Sin embargo, en los estudios sobre el Santo Cáliz de València, muy raramente se comenta dicha posibilidad, y esta idea es ampliamente desconocida por los valencianos", afirma Zarzo.

Por este motivo, decidió realizar un exhaustivo estudio bibliográfico sobre todo lo relacionado con el Cenáculo y la biografía de San Marcos, a partir del cual "han surgido conclusiones interesantes", asegura el profesor Zarzo, quien considera" bastante verosímil" que el Cenáculo fuese la casa de San Marcos, pues así lo defienden la mayoría de exégetas modernos.

"Y lo más relevante en relación al Santo Cáliz es que San Marcos fue intérprete de San Pedro durante mucho tiempo, traduciendo del arameo al griego, y le acompañó hasta Roma, donde compuso el segundo Evangelio, probablemente hacia el año 65-67 poco después de morir San Pedro", señala el investigador.

Al parecer, Marcos "era bastante más joven que Pedro, pero había una vinculación tan estrecha entre ambos que Pedro le denomina 'mi hijo' en una de sus cartas, en señal de aprecio. Ser conscientes de la vinculación entre Pedro y Marcos es fundamental, pues hace verosímil que una copa tan valiosa fuera llevada a Roma", indica Zarzo.

El profesor considera importante vincular en lo sucesivo la historia del Santo Cáliz de Valencia con la figura de San Marcos, ya que refuerza la tradición y despierta el interés por los turistas y peregrinos que visitan la catedral de Valencia.

Los cuatro hallazgos

Gabriel Songel expone en su libro cuatro nuevos hallazgos muy importantes como “el descubrimiento del patrón de diseño, la coincidencia con la moneda de Sancho Ramírez del S. XI, o el mensaje que se puede encontrar en la base del cáliz que en árabe cúfico pone “la resplandeciente” y en la imagen inversa se puede traducir del hebreo “Yaveh Joshua, Dios el salvador, Jesús es dios” y el acróstico encontrado, que adelanta 300 años la mención del cáliz en un documento. Se trata de un juego de letras existente en el Relicario de San Juan de la Peña, escrito en el S. XI con motivo de la coronación de Pedro I de Aragón".