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Corrupción

La expareja de Sergio Blasco delata que él era la "X" en la trama de desvío de 14 millones de fondos del Hospital General de Valencia

Gisela Samudio es una de las once procesadas junto con el sobrino del exconseller Rafael Blasco

Juicio contra Sergio Blasco, sobrino del exconseller Rafael Blasco y exdirector del Hospital General de València Manuel BruqueEFE

Una ex compañera sentimental del que fue gerente del Hospital General de Valencia Sergio Blasco ha confesado este martes en la segunda sesión del juicio del conocido como caso Osvaldo que el sobrino del exconseller Rafael Blascoes la "X" que consta en la contabilidad de una empresa que éste creó para desviar fondos del departamento de salud pública que dirigía.

Esta mujer, Gisela Samudio, también procesada en la misma causa, ha declarado en primer lugar por petición propia y tras haberlo permitido la Sala, dada su voluntad manifiesta de colaborar con la Justicia.

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Valencia ha celebrado este martes la segunda sesión del juicio por el supuesto desvío de más de 14 millones de euros del Hospital General de Valencia.

Uno de los once procesados, Sergio Blasco, exgerente del referido centro sanitario público y del departamento de salud correspondiente, se enfrenta a una petición de condena por parte de Anticorrupción de veinte años de prisión y una multa de catorce millones de euros por malversación, fraude, prevaricación, cohecho y tráfico de influencias.

El origen de esta causa está en una denuncia presentada por Izquierda Unida en 2014 en la que se destapó una trama de adjudicaciones de contratos públicos en el sector sanitario entre 2005 y 2014 supuestamente a cambio de comisiones millonarias que habrían permitido al principal acusado, y a varios de sus familiares y allegados, disfrutar de viviendas de lujo, vehículos y viajes durante años.

Samudio ha explicado que conoció a Sergio Blasco a través de su hermana gemela, que trabajaba en el área de prensa del General y, como profesional del diseño gráfico y redes sociales, empezó a recibir pequeños encargos. "Le dijo a mi hermana que me quería conocer", ha añadido.

"La segunda vez que nos vimos empezamos una relación muy discreta", ha explicado esta procesada, quien ha añadido que al poco tiempo Blasco le propuso crear una empresa (Identiart) para recibir más encargos y "para poder verse por las mañanas", dado que anteriormente era asalariada y no podía hacerlo.

En el registro de su domicilio se encontró la contabilidad de la referida empresa, en la que figuran pagos a "X", una letra que, según ha asegurado, hace referencia a Sergio Blasco.

Ese tal X, según detalla la Fiscalía en su acusación, resultó receptor de varias cantidades que ingresaron a Identiart firmas tecnológicas o farmacéuticas que habían sido adjudicatarias de contratos públicos del Hospital General.

"Yo era una empleada, llevaba cuestiones técnicas. De la gestión no sabía nada. Sergio Blasco daba todas las indicaciones sobre facturación y subcontratas", ha explicado esta acusada.

Preguntada por si no fue consciente de que Sergio Blasco estaba incurriendo en irregularidades como gerente de un centro público y contratista al mismo tiempo, esta acusada ha señalado: "Es complicado, yo sabía que era el gerente, pero es brillante gestionando, de los mejores gestores que tiene España, manda, ordena... Cuando estás a su lado se solucionan los problemas, le admiraba y me fiaba de él como mi pareja".

Ha admitido, además, que se encontró en Costa Rica con él y que fue otra de las empresas de esta supuesta trama corrupta la que pagó más de 5.000 euros por dos billetes de vuelta en primera clase.

La relación profesional y sentimental se mantuvo hasta 2010, cuando la actividad de Identiart se redujo al extremo. "Blasco me dijo que sentía haberme metido en todo esto, que me iba a sacar de ahí. Empezamos a vernos menos".

Posteriormente, a preguntas de la defensa de Sergio Blasco, esta acusada ha detallado que "todo el dinero" para la constitución de Identiart salió de su entonces pareja sentimental, que éste no tenía firma en las cuenta de la entidad, pero "ordenaba los pagos, informaba sobre los trabajos que iban a entrar y cómo había que hacerlos".

El letrado de Blasco le ha advertido de que en su declaración en fase de instrucción dijo que "X no era Sergio Blasco", a lo que ella ha acusado a este letrado de haber condicionado su declaración: "Usted llamó a mi abogada".

"¿Pero lo que dijo es verdad o es mentira?", ha insistido el letrado, a lo que la acusada ha sentenciado que "X era Sergio Blasco".

La primera testigo en comparecer ha sido la exdiputada de Esquerra Unida Marina Albiol, quien ha detallado que el origen de su denuncia fue una llamada anónima al grupo parlamentario, en la que se le puso en la pista de una de las firmas de la trama.

Su declaración, íntegramente en valenciano, ha suscitado la reclamación de una letrada, que ha afirmado "venir de Madrid" y "no haber entendido nada", motivo por el cual la fiscal se ha ofrecido a realizar una traducción que finalmente no ha sido necesaria por la brevedad de la declaración.