Sedaví
«Nosotros, ilusos, pusimos mantas en las puertas por si entraba un poquito de agua»
El desbordamiento del barranco del Poyo afectó a numerosas localidades como Sedaví
Uno de los lugares más damnificados por el paso de esta DANA histórica ha sido la localidad de Sedaví. Cada paso por sus calles se convierte en toda una odisea que parece no tener fin. Tres días después de la riada, Carlos y Pablo, dos vecinos de esta localidad, todavía no se pueden creer lo que vivieron. «No podemos abrir las persianas del garaje. El coche está dentro, pero el agua que se acumuló llega hasta el techo».
Ambos coinciden en lo inesperado de la tromba de agua, ya que durante todo el día apenas llovió en esa localidad. No obstante, el desbordamiento del barranco del Poyo provocó toda una riada que arrastró a los coches y los dejó flotando durante varios metros hasta acabar empotrados unos encima de los otros. «Nosotros, ilusos, pusimos mantas en las puertas por si entraba un poquito de agua. Cuando nos dimos cuenta ya era tarde, y no pudimos subir ningún mueble».
Y es que en cuestión de media hora el caos se desató. «Venía de recoger a mi hija de Valencia y no hubo ningún problema de tráfico. Fue llegar a Sedaví, y cuando intenté bajar a por la moto ya había un palmo de agua. Treinta minutos después, los coches pasaban flotando por la calle y el agua llegaba a la cintura. Fue algo brutal».
Estos vecinos, que trabajan en la limpieza de sus calles, han pasado dos días sin luz ni agua. «Anoche se restableció, y menos mal, porque no podíamos ya más. Esto ha sido una vergüenza». Lamentan también la falta personal especializado en este tipo de catástrofes. «No ha llegado nadie. Hemos estado incomunicados, sin cobertura, y sin la presencia de los cuerpos y fuerzas de seguridad». Y por eso, agradecen la marea solidaria que se desplegó ayer en estas localidades. «Es impresionante ver a tanta gente, sobre todo jóvenes, que están viniendo a echar una mano».
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