El origen de las casas de colores de un desconocido pueblo de la costa Mediterránea

Existe un pueblo en la costa de la provincia de Alicante, La Vila Joiosa, de tradición marinera, que tiene en su paseo marítimo casas pintadas de colores muy llamativos como el rojo, el azul o el verde, y que son, sin duda una seña de sus señas de identidad.

Esas casas son la imagen de cualquier postal de La Vila Joiosa o, en su versión de nuestros días, imán de nevera.

Hay varias teorías que explican por qué se pintaron así esas viviendas que tienen unas vistas únicas a la bahía; la más extendida es que los pescadores decidieron pintar cada casa de un color para poder reconocerlas desde el mar cuando estaban faenando.

Los colores tan vivos no sólo les permitía a los navegantes identificar su fachada, sino también recibir mensajes de sus familiares para lo que utilizaban sábanas que, a su vez, colgaban de los balcones. El color negro indicaba que alguien de su familia había fallecido mientras el pescador estaba en alta mar, mientras que el color blanco anunciaba el nacimiento de un nuevo miembro.

Los colores también inundan las fachadas de las casas del Casco Antiguo del pueblo, ubicado a escasos metros del mar, y con callejuelas estrechas que dan a la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.

Además de tener una flota pesquera de las más importantes de la provincia y la Comunidad Valenciana, La Vila Joiosa -Villajoyosa, en castellano- es muy conocido también por sus chocolates y por sus fiestas de Moros y Cristianos, que se celebran del 24 al 31 de julio en honor a la patrona, Santa Marta.

Es un destino, sin duda, pintoresco, ubicado a apenas 8 kilómetros de Benidorm, que conserva intacta su esencia marinera.