Patrimonio Histórico

Un paseo por el Alicante de la Guerra Civil a través del subsuelo

La ciudad tiene 94 refugios antiaéreos y se han rehabilitado cinco de ellos

Entrada al refugio antiaéreo de la Avenida del General Marvá de Alicante.
Entrada al refugio antiaéreo de la Avenida del General Marvá de Alicante.La Razón

La historia de Alicante se escribe también en el subsuelo, en los refugios antiaéreos de la Guerra Civil para ser exactos; unos lugares que evidencian su posición como bastión de la II República Española (1931-1939). Algunos de ellos se pueden visitar después de que el Ayuntamiento los haya rehabilitado, permitiendo así a ciudadanos y turistas ponerse en la piel de las personas que, entonces, vivieron los bombardeos en la guerra y conocer el sufrimiento que ha quedado impresión bajo el asfalto de calles y plazas de Alicante y para siempre.

En total, hay 94 refugios antiaéreos que amortiguaron un drama civil tan profundo como doloroso; de hecho, Alicante, como reducto de la II República, se convirtió en objetivo de una campaña de ataques aéreos que destruyó más de 700 edificios y causó más de 400 víctimas mortales así como heridos innumerables. La rápida construcción de una tupida red de refugios antiaéreos evitó que el drama fuera aún mayor.

Según la definición del Ayuntamiento, Alicante se ha convertido en un referente nacional y europeo en la recuperación de refugios antiaéreos de la época de la Guerra Civil y de hecho cuenta con ocho de estas instalaciones, de las que cinco han sido rehabilitadas como parte de la Estrategia de Desarrollo Sostenible e Integrado, Edusi, financiado con los fondos Feder de la Unión Europea; un programa que se desarrolla en los barrios situados entre los dos castillos de urbe, el de Santa Bárbara y el de San Fernando.

Más de 8.000 visitantes

Los cinco refugios antiaéreos rehabilitados han sido visitados por 8.936 personas durante los dos últimos años y la opción de conocerlos se ofrece como parte de las rutas turísticas de la ciudad, dado que son parte del patrimonio histórico y cultural contemporáneo de la ciudad.

Los refugios recuperados están en la avenida General Marvá, plaza Castellón (Palmeretes), la Fábrica de Tabacalera y la plaza Músico Óscar Tordera; todos se suman a los de las plazas de Séneca, Balmis y Santa Faz, y al último incorporado en la avenida de Elche, en Benalúa Sur, que fue descubierto durante los trabajos de construcción de un edificio de viviendas, e incorporado al catálogo de elementos protegidos del inventario municipal como Bien de Relevancia Local.

Construidos algunos de ellos para dar cobijo a 1.000 o 2.000 personas, los refugios eran sitios seguros en los bombardeos. Y si hay un ataque ligado a la ciudad es el del 25 mayo, que, a diferencia de la mayoría, se produjo de día y la plaza del mercado de abastos. Una trampa mortal para hombres, mujeres y niños, víctimas de una masacre incluso comparable a la inmortalizada por Pablo Picasso en el «Gernika».

Visitar los refugios antiaéreos premite conocer la historia de la ciudad en la propia piel.