Urbanismo
Valencia unificará la estética de la plaza del Ayuntamiento
El Ayuntamiento no descarta ejecutar el proyecto ganador si se puede reducir su coste sin cambiar las condiciones para evitar recursos del resto de concursantes
La constatación de que la tan deseada reforma de la plaza del Ayuntamiento podía costar hasta tres veces más del importe que en un primer momento se barajó en el proyecto que ganó el concurso de ideas para tal fin, ha supuesto un jarro de agua fría a las expectativas de tener el centro de Valencia reformado en un plazo breve.
Según afirmaron los técnicos municipales y constató el comité de expertos que ha creado la alcaldesa de Valencia, María José Catalá para asesorarla en estas cuestiones, el coste original de 8,5 millones de euros que apuntaba Re-Natura en su proyecto, está muy infravalorado y podría multiplicarse hasta por tres en su ejecución.
De momento, el Ayuntamiento está reconsiderando su postura al respecto y pretende mantener la idea ganadora pero siempre y cuando se puedan reconducir -y mucho- sus costes.
Fuentes municipales explican que el proyecto ganador tiene los importes de hace cinco o seis años y que en este periodo los materiales han multiplicado su precio por tres y en ocasiones incluso más por lo que los sobrecostes que ahora se han detectado no serían exclusivamente un error de cálculo, sino que se corresponden más bien con el encarecimiento enorme del coste de las obras.
En este sentido, el Ayuntamiento de Valencia pretende estudiar la reformulación del proyecto a partir del próximo mes de octubre para ver en cuánto se puede abaratar la idea ganadora.
Pero es sabedor de que no puede cambiar mucho las características del proyecto ni reducir las «aspiraciones» que en su día se plasmaron en el pliego del condiciones del concurso, porque en ese caso, el resto de estudios de arquitectura que concursaron y no ganaron, podrían recurrir alegando que en esas condiciones cambiantes, ellos podrían haber presentado otros proyectos más ajustados y haber ganado el concurso.
Así las cosas, es poco probable que el proyecto se consiga reducir en un tercio del valor en el que hoy por hoy está estimado, y menos aún sin cambiar de forma notable las que fueron las exigencias del concurso.
Además, María José Catalá, ya manifestó apenas fue elegida alcaldesa, que el proyecto no se ajustaba plenamente a sus gustos y que había que darle un «repensada» para que se vieran más los edificios de la plaza.
Lo que parece claro es que si el Ayuntamiento no ejecuta el proyecto ganador, no volverá a sacar un concurso de ideas sino que diseñarán el nuevo proyecto los técnicos de la casa.
En este caso, el proyecto sería probablemente menos ambicioso y consistiría, mayormente, en dotar de uniformidad estética a la plaza, unificando los pavimentos y cambiando el mobiliario urbano de estética más que discutible que dispuso el anterior equipo de gobierno municipal y que básicamente consistía en reconvertir en maceteros piezas de hormigón redondas posiblemente utilizadas en colectores.
Además, en la que sería la nueva propuesta municipal se podría reducir el ámbito de actuación. De momento, todo está en el aire y los equipos técnicos se afanan en concluir ahora los proyectos financiados con fondos europeos.
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