Medio ambiente
Polémica: los macroparques fotovoltaicos se podrán instalar en suelos protegidos en la Comunidad Valenciana
Los ecologistas denuncian que la Generalitat no ha tenido en cuenta el impacto ambiental de estas infraestructuras
La plataforma Acció Ecologista-Agro ha denunciado que el Decreto Ley 1/2022, de medidas urgentes en respuesta a la emergencia energética y económica originada en la Comunitat Valenciana por la guerra en Ucrania, abre la puerta a la instalación de macroparques fotovoltaicos en suelos protegidos.
La plataforma incide en la ambigüedad del texto aprobado por el Consell, que autoriza la construcción de plantas solares en suelo no urbanizable (SNU) tanto común como protegido. “Lo mencionan expresamente, y dicen que si los planes generales no dicen lo contrario, se puede instalar en este tipo de suelo”, explica Santiago Gasset, portavoz de Acció Ecologista-Agro.
La instalación de estas macroplantas supone, según el presidente Ximo Puig, “una apuesta para conseguir mayor seguridad energética” a raíz de la guerra de Ucrania. Sin embargo, para la plataforma, es una forma equivocada de apostar por las energías renovables.
“Es incompatible con la protección del medio: las placas necesitan mucha sombra, y eso hace que sea necesario desbrozar”, explica Gasset. “Además, también hay que limpiar las placas, y necesitan mucha agua”.
“Por otra parte, si se construyeran sobre suelos no protegidos, que suelen ser cultivables, destruirían puestos de trabajo, porque las placas no los generan una vez ya están instaladas”, añade.
“Se sabe incluso de proyectos que están pensados en montes de utilidad pública”, dice. “Podrían haber proyectado un Plan Territorial de implantación de placas fotovoltaicas, que se impondría a los proyectos de urbanización”, concluye. En vez de eso, explica, se ha optado por acudir a “promotores privados”.
Gran superficie protegida
Una de las causas de que los proyectos afecten a suelos protegidos es la gran abundancia de este tipo de suelo en la Comunidad Valenciana. “Además, económicamente es el más barato, porque no hay aprovechamiento agrícola”, añade Gasset. “Han querido dejar puertas abiertas porque hay poco suelo disponible desde un punto de vista urbanístico”, concluye.
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