Urbanismo
Los tres polémicos símbolos de la València de Joan Ribó
La peatonalización de espacios y las restricciones al vehículo privado marcarán sus dos legislaturas
En diez días el alcalde de València, Joan Ribó, comunicará a sus compañeros de partido si está dispuesto a seguir liderando la candidatura a la ciudad. Salvo sorpresas de última hora, todo apunta a que anunciará que quiere continuar al frente. Se trata de una cuestión sobre la que no hay demasiado debate en Compromís. Se da por hecho que es la mejor opción y algunos admiten que el relevo- Ribó cumple este mes de septiembre 75 años- se producirá durante la legislatura, tanto si gana como si pierde.
Durante los más de siete años que lleva al frente de la ciudad-la primera legislatura gobernando en coalición con el PSPV y Unides Podem y luego solo con los socialistas, tres de sus actuaciones se han convertido al mismo tiempo en icónicas y polémicas.
La calle Colón
Probablemente sea esta la obra que más afecta a los que viven o trabajan en la ciudad. La parte final de la calle, la que da a la Porta de la Mar, está reservada para transporte público. El cambio se ejecutó durante los primeros meses del estado de alarma, lo que provocó que, una vez se comenzó a levantar el confinamiento domiciliario, muchos conductores no lo recordasen. Pagaron el olvido con la correspondiente multa.
La oposición ha sido especialmente crítica con esta obra. El PP ha expuesto el informe de un auditor de Seguridad Vial en el que se pone de manifiesto que es una calle insegura tanto para peatones como para ciclistas, que recorren diariamente esta arteria de la ciudad. Se tata, por tanto, de la primera obra que podría revertirse, de producirse un cambio de gobierno en las elecciones municipales del próximo año.
La plaza del Ayuntamiento
Como en el caso de la calle Colón, muchos ciudadanos salieron de sus casas tras el confinamiento impuesto por la crisis de la covid y se encontraron una plaza en obras y una peatonalización que invita a acercarse a ella o andando o en bicicleta. Si antes la plaza del Ayuntamiento era un lugar central para coger autobuses, ahora se ha convertido en una especie de punto de trasbordo, desde donde puedes tomar autobuses que te llevan a coger otro.
La pandemia, la crisis o quizás la peatonalización han provocado una imagen inusual en la plaza con bajos comerciales sin alquilar durante meses.
Su peatonalización fue el inicio de restricciones de tráfico en toda la zona de centro convirtiéndola en un lugar nada amable para el vehículo privado. De hecho, las multas por entrar en las zonas restringidas del barrio del Carmen. En cuatro meses se tramitaron 40.000 sanciones.
Además, la imagen de la plaza tal y como está este mes de septiembre, no es la definitiva. El Ayuntamiento adjudicó las obras para su peatonalización con el anuncio de que era provisional y ya se han seleccionado cinco propuestas para su diseño definitivo.
La plaza de la Reina
Su inauguración ha sido la noticia más comentada del verano. Sus obras han peatonalizado una de las plazas más emblemáticas de la ciudad. Sus detractores son casi tantos como aquellos que dicen que, aunque se podría haber buscado un diseño más verde, es mucho mejor que la anterior, en la que entraban autobuses y coches y no había espacio libre.
La polémica ha ido aumentado conforme subía el mercurio en los termómetros, puesto que la sombra en la plaza en prácticamente inexistente. Desde el Ayuntamiento se han esforzado por defender el diseño que ha creado un nuevo espacio para la ciudadanía y recuerdanque se han instalado unos vaporizadores que tiran un agua que, todo sea dicho, en los días de calor no llegan ni a refrescar la cabeza del que pase por el lado.
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