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El adagio de la epidemia del coronavirus

Lo escribió Samuel Barber y se empleó para homenajear a las víctimas del 11-S y en el entierro de Roosevelt

Inicio de la segunda semana del estado de alarma por coronavirus en Madrid
El adagio de Barber sonará en la Puerta del Sol en homenaje a los que han sufrido el coronavirusJoaquin Corchero / Europa PressJoaquin Corchero / Europa Press

Es un homenaje a los héroes que cada día luchan en los hospitales y también a los que han fallecido durante esta epidemia. Una iniciativa que se quiere poner en marcha a partir de mañana. A esa hora todos los ayuntamientos que lo deseen y que tengan los medios para poder hacerlo, pondrán el “Adagio for Strings”, del compositor Samuel Barber, una partitura de nueve minutos de duración, para que suene en la ciudad y mostrar su solidaridad con aquellos que están padeciendo las peores consecuencias de esta crisis que está asolando España y todo el mundo. La Puerta del Sol será uno de los lugares donde mañana sonará.

Esta pieza, conocida por ser una de las obras de música clásica más triste que se han escrito y que Oliver Stone popularizó en el cierre de su película “Platoon”, se estrenó en 1938. El encargado de esta presentación pública fue Arturo Toscanini, uno de los grandes mitos de la dirección. Para este evento se puso al frente de la Orquesta sinfónica de la NBC. Desde entonces su popularidad no ha dejado de crecer.

Samuel Barber fue un compositor norteamericano que siguió la estela de los grandes maestros de su época. Una de las creaciones que más renombre le ha dado entre el gran público es precisamente esta obra. En realidad fue un arreglo rápido que hizo de un cuarteto de cuerdas que había escritor con anterioridad. El éxito que perseguía con ello fue mayor de lo que jamás hubiera pensado. De hecho, llegó un momento en que renegó de esta partitura, que desde que se dio a conocer eclipsó el resto de los trabajos que hizo.

“Adagio for strings” se ha utilizado en ocasiones de enorme relevancia. La primera vez fue en el entierro del presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt, el hombre encargado de que llevar a la victoria a su país durante la Segunda Guerra Mundial. La segunda ocasión fue para homenajear a las víctimas de los atentados del 11-S y recordar a todos aquellos que murieron en el World Trade Center, uno de los momentos más trágicos de la historia reciente de EE. UU. Ahora, de nuevo, esta adagio se convertirá en un símbolo para la sociedad.