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“El irlandés”: Martin Scorsese es el único capo

El director italoamericano regresa al género de gángsters con una obra maestra que recorre varias décadas en la turbulenta historia de EE UU en la que reúne a leyendas como Robert de Niro, Al Pacino y Joe Pesci
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¡Si los ríos de América hablasen...! Son la trastienda del país, su verdadera memoria histórica. Allí duermen con los peces secretos de Estado y cuerpos ensangrentados enrollados a toda prisa en una alfombra. En un punto del río Schuylkill, los sicarios de Filadelfia lanzaban al agua la pistola aún humeante del último ajuste de cuentas. «Allí abajo había armas suficientes para armar a un país pequeño», dice Frank Sheeran, el hombre que los sobrevivió a todos. El irlandés que nunca estuvo allí cuando murió Kennedy o desapareció Jimmy Hoffa. ¿O quizás sí?
Todo empieza con una melodía doo-wop, puro años 50: «In the Still of the Night». Y un largo travelling marca de la casa a lo largo de una residencia de ancianos. Sabemos desde el primer instante lo que viene, lo que tantas veces hemos visto con rendida devoción. Tres horas y media de puro Scorsese, en pleno dominio del oficio a sus 76 años, energético como siempre, dueño y señor del ritmo cinematográfico, jugando a parafrasearse, homenajearse y ampliar el radio de lo que llamaríamos, con permiso de Marvel, el Universo Cinemático Scorsese. Están todos los que están, pero además están todos los que son: Robert de Niro, Al Pacino, Joe Pesci, Harvey Keitel y esos secundarios encorbatados y de facciones inolvidables que cenan bistec en restaurantes con falsas puertas. El cine de gángsters encuentra en «El irlandés» un clásico y una elegía.
Vecinos y compañeros
«Sabíamos que teníamos que hacer una película más juntos», explicó Scorsese a «Esquire». Él y De Niro, su vecino neoyorquino, su compañero desde los tiempos de «Malas calles» (1973) y «Taxi Driver» (1978). Juntos filmaron ocho cintas que son ocho tachuelas de oro del Nuevo Hollywood. Hasta «Casino» (1995), en que sus carreras se separaron. Desde 2007 se venía barruntando el reencuentro. Paramount se traía entre manos una adaptación de «El invierno de Frankie Machine», de Don Winslow. Pero el ánimo de De Niro y Scorsese decayó en favor de otro texto: «I Heard You Paint Houses» («He oído que pintas paredes»), de Charles Brandt, retrato biográfico con revelaciones sensibles del sicario Frank Sheeran. De Niro se presentó en la sala de montaje del director y «comenzó a hablar del libro, tan involucrado emocionalmente con el personaje que ni siquiera podía describirlo, casi ni podía hablar», rememora el realizador de «Toro salvaje». Han pasado más de 10 años desde entonces, pero el resultado de aquel encuentro ya es una realidad. Corregido y aumentado.
Y es que «El irlandés», que sigue a Sheeran desde su juventud hasta su vejez, recorriendo etapas históricas del país, incluidos misterios sin resolver como la muerte de Kennedy, y presenta una galería de ilustres mafiosos que tuvieron que ver más o menos con el asesino de Filadelfia, no es solo el reencuentro de De Niro y Scorsese, ya de por sí una fantasía. Es, además, el primer trabajo del director junto a otra leyenda del nuevo cine americano, Al Pacino. Si a eso se le suma un sublime Joe Pesci y la participación más escueta de Harvey Keitel, lo que se obra en la cinta producida por Netflix, que, de hecho, tras una semana en pantalla grande, podrá verse en exclusiva en la plataforma desde el 27 de noviembre, es una reunión excepcional de talentos. Ninguno de ellos baja de los 75 años. Juntos, suman tres siglos. «Probablemente nunca volveremos a hacer una película así», confesó De Niro a «Variety». Probablemente.
Ese halo crepuscular se filtra por toda la cinta, como si regresásemos a la vitalidad enajenada de «Uno de los nuestros» para ver la decadencia y caída de sus personajes. El paso del tiempo, en suma, reflejado en un Frank Sheeran que, superviviente de las carnicerías de los clanes, intenta olvidar en qué momento se estropeó todo, su familia incluida. Sólo el sabe cómo murió Jimmy Hoffa, el sindicalista más famoso que Elvis, cuya desaparición es uno de los grandes misterios de Estados Unidos. Uno a uno han ido muriendo los testigos del esplendor de la mafia.
De Salerno al Watergate
«El irlandés» tiene vocación de retrato totalizante. Scorsese ha hecho uso de nada más y nada menos que 175 millones de dólares para contar más de medio siglo en la vida de Sheeran pero, en el fondo, de su país. Desde el desembarco aliado en Salerno hasta el frustrado asalto de Bahía de Cochinos, la muerte concatenada de los Kennedy, el Watergate, etc, etc... Ello ha supuesto un reto especial de caracterización, y es que tanto De Niro como Pacino y Pesci tienen que dar vida a personajes cuyo arco va de los 40 años aproximadamente a los 70. Un «lifting digital» ha permitido a estos actores en la tercera edad recobrar su apariencia pasada. Scorsese pensó inicialmente en repartir los papeles entre actores que encarnasen las distintas edades, pero lo descartó porque necesitaba profundamente esa «conexión de las experiencias» con sus compañeros.
No es una cinta más en la carrera de un hombre para quien, de todos modos, ninguna película es prescindible. «Los temas y las preguntas que me han obsesionado durante toda mi vida estaban allí», señala, en la historia de Frank Sheeran. «El irlandés» llega a la cartelera cuando Scorsese se halla inmerso en una guerra contra Marvel después de asegurar que las cintas de superhéroes «no son cine». Sin desdeñar al emporio del entretenimiento, no podemos sino rendirnos al último eslabón en el Universo Cinemático Scorsese, si se me permite la expresión.