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Festival de Salzburgo

¿Qué tecla toca Putin en el Festival de Salzburgo?

La presencia de Anna Netrebko, el talismán que nunca abandona el escenario salzburgués, tiene que ver con la invitación del político al festival

Putin, sentado al piano, puede ser una de las presencias estrellas en el festival que celebra el centenario de Salzburgo
Putin, sentado al piano, puede ser una de las presencias estrellas en el festival que celebra el centenario de SalzburgoSPUTNIKREUTERS

Cien años para un festival de música clásica no es asunto baladí. Por eso el de Salzburgo, que los cumplirá en agosto de 2020, ha preparado un programa amplio, variado, con alguna que otra sorpresa, gemas de envergadura y la voz de Anna Netrebko, que no en vano es su voz mimada, el talismán que nunca abandona el escenario salzburgués. Será «Tosca», de Puccini. Pero habrá una «Elektra», de Strauss, que será la encargada de inaugurar el encuentro con Asmik Grigorian como Chrysothemis y dirigida por Welser-Most. Y Currentzis dirigirá un Mozart. Y se podrá escuchar «Intolleranza», de Luigi Nono. Y «La flauta mágica» en versión de Lydia Steier. No faltará Peter Handke tampoco, un director muy querido por el festival, que acudirá con un corto, «Zdnek Adamec». En resumen, una celebración centeneria que hará historia. Y lo hará, además, por una presencia que estará en el aire. Seguro, hasta el último momento, pero que ya ha abonado la polémica. La de Valdimir Putin.

Y ustedes se preguntarán qué pinta el líder político en Salzburgo, tan alejado de los despachos políticos. Qué duda cabe de que la presencia de la soprano de oro, con quien le une una estrecha relación, ha sumado puntos para que la llegada del operado y facialmente estirado líder ruso se materialice. O quizá ocurra como contábamos días atrás con el desaparecido «Salvator Mundi», que se le espere, se esté preparado para ello pero no llegue nunca, ni a la inauguración ni a la mitad del festival. Quién sabe.

Ayudará también que uno de los patrocinadores es una importantísima empresa rusa de gas, con quien el festival salzburgués ha firmado un convenio que ha levantado ampollas. Los entendidos en la materia, críticos, expertos, programadores, artistas, ya se están preguntando cuál es el papel de Putin en el encuentro y si éste va a hacer un guiño a la política justo el año en que cumple cien de vida, un evento dedicado íntegramente desde el mismo día de su nacimiento, a la música clásica.

¿Qué tecla toca Putin en el Festival de Salzburgo?, apuntan otros. Música desafinada, murmuran desde los mentideros clásicos pentagrama en mano. Curioso hermanamiento, comentan otros con una maligna sonrisa. Con lo bien que les iría a los responsables de la cosa poniendo el acento en la efeméride desde el punto de vista musical y dejando a un lado todo aquello que nada o poco tenga que ver con ella. Porque, ¿cuántas veces se ha dejado caer el mandatario ruso por allí? Una o ninguna. El poder de Donna Anna y de Gazprom.