Buscar Iniciar sesión

Cuentas “fake” y “killer”: Así se crea un “influencer” político en Twitter

Las cuentas “killer” se utilizan para influir en procesos electorales y conflictos políticos
La RazónLa Razón
La Razón
  • María Traspaderne

    María Traspaderne

Creada:

Última actualización:

Crear la vida virtual de un "influencer" inexistente cuesta cientos de miles de euros. Imágenes originales, vida familiar, espacios personales en internet, números de teléfono, interacciones y opiniones. Son las cuentas falsas de Twitter, usadas para influir políticamente en sus miles de seguidores.
El asesor en ciberseguridad Juan Luis García Rambla, de la empresa española colaboradora del CNI Sidertia Solutions, ha investigado en los últimos meses estas cuentas "fake" que utilizan gobiernos con fines políticos en una apuesta a medio plazo, puesto que crear una influyente lleva como mínimo un año, normalmente más.
Rambla expondrá las conclusiones de su estudio en las próximas jornadas del CCN, el Centro de Criptología Nacional dependiente del CNI, pero este miércoles ha presentado un avance del trabajo, en el que ha analizado estos perfiles y creado luego algunos para ver por sí mismo los resultados.
Le interesan especialmente los que él califica como "killer" y que se han usado para influir en procesos electorales y conflictos políticos. Estas cuentas "asesinas" se caracterizan por tener miles de seguidores, en ocasiones hasta 200.000, de los cuales entre un 30 y un 40 por ciento, relata Rambla a Efe, son perfiles también falsos.
"Cultivar" estas identidades inexistentes suele llevar años, pero se puede llegar a conseguir en doce meses. Eso sí, con una elevada inversión económica para que sean creíbles y causen impacto social.
"Hay que contratar sociólogos, desarrollar imágenes, convertir caras en personas. Hay que crear perfiles en Facebook, contratar números de teléfono, hay que inventar hasta familias", resume Rambla, un proceso que requiere de "cientos de miles de euros para que funcione" porque, al final, "es como crear la vida de una persona". "Irreal, pero cierto", subraya.
Estas cuentas, que nacen en ocasiones en las llamadas "fábricas de troles" o de noticias falsas, necesitan personas detrás para gestionarlas porque solo un 25% de su manejo está automatizado. "Nos consta que en las fábricas de troles hay hasta periodistas trabajando". Y se sustentan en otras cuentas también falsas que las siguen. Son las que Rambla llama "soporte" y "seguidores", creadas de forma artificial por máquinas.
Las "soporte" estarían en el siguiente nivel de popularidad. Tienen menos seguidores que las "killer" y siguen casi al mismo número de perfiles. Estas se tardan entre 6 meses y un año en fabricar.
Finalmente, las cuentas "seguidores" son las más sencillas de crear. Siguen a gente y no les sigue nadie, no son mediáticas y se fabrican en tres o cuatro semanas gracias a herramientas que gestionan millones de perfiles de forma automática.
Estos programas se dedican a seguir, dejar de seguir e incluso tuitean, y lo hacen evitando patrones periódicos para que los motores de detección de cuentas "fake" de Twitter no los cacen.
Todo para conseguir cuentas "killer", una herramienta de propaganda costosa detrás de la que suele haber dinero público. "Están orientadas al patrocinio de países como Rusia o China, aunque también hay empresas privadas dedicadas a eso, como las que contratan los actores de Hollywood para aumentar el número de seguidores", dice el especialista.
Rambla ha estudiado estas cuentas gracias a una base de datos de millones de tuits de desinformación de las elecciones presidenciales de Estados Unidos y ha probado a crearlas con esos programas que son capaces de gestionarlas automáticamente.
El resultado: perfiles salidos de la nada acumulan en un mes y medio hasta 500 seguidores, algunos "muy peculiares", y creciendo. "La información que lanzan ya tiene cierta legitimidad. Estos no lanzarán noticias falsas, pero si lo hicieran causaría cierto impacto".
Efe