“Star Wars Episodio IX: El ascenso de Skywalker”: ¿Es Rey el último?

Dos días. Dos días quedan para el cierre de una nueva trilogía de Star Wars, esa que, en el año 2015, aterrizó en cines casi que con más incertidumbre que gloria. La sombra de Darth Vader; el sable de Luke; el verde de Yoda; todos los elementos que un día auparon a la gloria a George Lucas desaparecía para mantener la pirotecnia y la fuerza como ejes centrales, tanto estéticos como narrativos. El ascenso de Skywalker supondrá el broche de oro a una saga que no ha dejado indiferente a nadie; o ha gustado sobremanera o se ha sometido a denostados comentarios por su villano, sus narrativas, su guion. Y el broche tiene (o debe) de cerrar muchas incógnitas que aún quedan sin despejar.

Antes de nada, comentar que, a partir de aquí, se vienen spoilers argumentales sobre la saga Star Wars.

El asunto que más intriga al público tiene que ver, precisamente, con el título. Como bien se ha ido indicando en las anteriores entregas, Kylo Ren es el hijo de Han Solo y de la Princesa Leia, Leia Skywalker, hija de Anakin y de Padme Amidala. Por lo tanto, el dirigente de la Primera Orden que abrazó el lado oscuro desde el minuto 0 de la nueva saga de largometrajes es un Skywalker.

La cuestión es: ¿quién es el otro? Todas las miradas apuntan a Rey, la protagonista de estas últimas películas y sobre quien ha recaído el peso narrativo, fundamentalmente. Rey es una chatarrera de Jakku que se gana la vida de manera autónoma. No tiene familia ni amistades ni apoyos ni refugios; no tiene nada más que su vehículo, su bastón y sus manos para defenderse.

A lo largo de los consecutivos filmes se aprecia cómo la fuerza despierta en su interior (hay un momento épico en la séptima entrega cuando Kylo Ren emplea la fuerza para atraer un sable láser que acaba en la mano de Rey) y cómo Luke Skywalker mentorea a la joven como última esperanza Jedi. Además, la propia historia de la joven es indicativo de pérdida: en un momento de “El despertar de la fuerza”, un flashback de Rey niña llorando la marcha de una aeronave es indicativo de que hay una pérdida significativa en su vida que no ha vuelto.

En los últimos compases de “Los últimos Jedi” Luke Skywalker entrega a Leia dos colgantes que son indicativo de que no es un sólo hijo el que tiene, sino dos. Tiene sentido: aunque pueda parecer una chorrada, bien es sabido que la biología dice que tener gemelos es indicativo de que en un futuro se repetirá. Anakin concibió a Leia y a Luke; Leia tiene dos hijos, dos Skywalkers. ¿Pero quién es el otro?

Todo apunta a que Rey y Kylo Ren son hermanos. Star Wars no es una saga que brille por su innovación y por su experimentación, por lo que todo apunta a la hermandad entre ambos. Raro sería que, de repente, un personaje como Finn resultase ser ese Skywalker que tanto se busca. En dos días las dudas se disiparán (o al menos, así debería ser).