¿Será «exhumación» la palabra del año?
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No hay resumen más escueto y, a su vez, certero que el que nos trae todos los años por estas fechas la Fundación del Español Urgente, Fundéu. Unas pocas letras bastan para recoger la esencia de doce meses. Como si del calendario chino se tratase –en el que cada periodo se rige por las divinidades de un animal–, después de las seis primeras ediciones de este peculiar concurso (si se le puede llamar así), podemos decir que hemos superado las épocas del «escrache», el «selfi», el «refugiado», el «populismo», la «aporofobia» y el «microplástico». Términos que, evidentemente, no servirían a nadie para aprobar un examen de Historia Moderna, pero que, sin embargo, esquematizan de un plumazo (con bastante tino, por cierto) los tiempos que corren a nivel político, migratorio, tecnológico y hasta medioambiental. Para el agonizante 2019 ya solo quedan doce candidatas de las 250 que empezaron, de la remozada gota fría de toda la vida, ahora conocida como «DANA» (depresión aislada en niveles altos), a la «exhumación» que tantos titulares ha acaparado. Y entre medias el resto de opciones escogidas por su interés lingüístico, por su presencia en los medios y por la trascendencia de los fenómenos en los que aparecen: «albañila», «electromovilidad», «desglobalización», «neonegacionismo», «huachicolero», «seriéfilo», «influente», «emoji», «cúbit» y «superdesempate». Conceptos que aluden a las corrientes que, «para bien o para mal», como dice Javier Lascuráin –coordinador general de la Fundéu–, atraviesa nuestra sociedad. Por ello están en la lista términos como «electromovilidad», con motivo de la persecución de un transporte más responsable; «desglobalización», pensado para recoger la marcha atrás dada con procesos como el brexit; «neonegacionismo», una nueva fase de incredulidad ante acontecimientos como el cambio climático o la violencia machista; y «albañila», que pone sobre el tablero del lenguaje la feminización de cargos y profesiones. Más lejanos pueden sonar términos como «huachicolero», propio del español de México y que hace refencia a quienes roban gasolina perforando los oleoductos –decenas de ellos murieron en un accidente en enero de este año–; o «cúbit», unidades básicas de información de la informática cuántica llamadas a revolucionar la industria. Aunque si tuviéramos que reducir la elección a España y al acontecimiento que más tiempo ha ocupado en debates y Prensa, a excepción de las ubicuas elecciones, sería, sin dudarlo, «exhumación». Todo el ruido formado con el traslado de los restos de Franco del Valle de los Caídos al cementerio de Mingorrubio ha valido a esta palabra que el DRAE define escuetamente como «acción de exhumar» para ganar peso entre las finalistas. Hagan sus apuestas, que el día 29 tendremos ganador.