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Zahi Hawass, el hombre que está a punto de encontrar a Nefertiti

El polémico arqueólogo egipcio sostiene que la construcción de las pirámides fue un «proyecto nacional» en el que no intervinieron esclavos y «hará que Europa devuelva lo que ha robado»
sandro vannini

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Le gustan las cámaras y su cortijo es espaciotemporal. El arqueólogo Zahi Hawass es quien gobierna el Valle de los Reyes egipcio, es decir, las más de 240 excavaciones arqueológicas que se llevan a cabo actualmente en la cuna de la civilización, que es como estar en posesión del pasado de su país, de la superficie y del subsuelo, es decir, acumular un poder que ni los faraones que estudia. Bueno, quizá no tanto, pero Hawass sí es una estrella mediática bajo la permanente protección del Gobierno egipcio, y se puede afirmar sin temor a equivocarse que allí no se mueve una piedra sin que él se entere. El llamado «Indiana Jones egipcio» está en España para pronunciar una conferencia sobre Tutankamón, en el marco de la exposición sobre el faraón que puede verse en Madrid (Ifema, hasta el 19 de abril), y atiende a la prensa sobre los últimos avances de sus investigaciones en torno a tres figuras: Tutankamón, Nefertiti y Cleopatra.

Cleopatra está sumergida

Hawass es una figura polémica que acumuló mucho poder bajo el mandato de Hosni Mubarak, aunque su soberbia venía forjada de antes. La revolución islamista de 2011 le apartó de sus funciones, pero recuperó su posición tras la caída de los Hermanos Musulmanes y desde entonces lidera las actividades museísticas y arqueológicas del país. Y sus opiniones acostumbran a ser polémicas, por ejemplo, cuando le preguntamos qué podemos aprender del antiguo Egipto hoy en día. «Mucho. Por ejemplo, sobre las pirámides, que eran un proyecto nacional basado en la fe, en el proyecto común. Es importante conocer el pasado», dice Hawass. Pero proyecto común basado en el esclavismo. «No, los trabajadores no eran esclavos. Si no, sus tumbas no estarían en la propia sombra de la pirámide. Fueron enterrados allí con su nombre y si fueran esclavos eso sería imposible», señala el arqueólogo. También resultó polémico cuando anunció conocer la ubicación de la tumba de Cleopatra y después rectificó aduciendo que fue malinterpretado en una conferencia. «No creo que esté en Taposiris Magna. Ella mandó construir su tumba junto a su palacio de Alejandría y por eso creo que está enterrada allí. El problema es que las ruinas están sumergidas y yo odio bucear, así que pediré un equipo francés que hay en la zona que realice la búsqueda», explica Hawass. «Pero ya no estoy interesado en Cleopatra, que era griega, sino en Nefertiti, que era egipcia. Tengo a 300 trabajadores en la zona y pienso que estamos cerca de lograrlo», apunta el experto.

La maldición de Tutankamon

Sobre Tutankamon, el verdadero motivo de su visita a España, Hawass asegura que solo resta una cosa por conocerse. El motivo de su muerte que, según sostiene, se debió a un accidente cazando. «Tenemos la colaboración de una compañía estadounidense que tiene una máquina en San Diego que nos permitirá saber si sufría una infección, que claramente apoyaría esta teoría. Pero la tesis del asesinato está terminada». Sobre su figura se extiende una maldición en la que este egiptólogo no cree. «Cuando salimos de realizar el escáner de la momia, mi asistente casi atropella a un niño conmigo en el coche. Y me dijo: este es el comienzo de la maldición. Y a continuación me llamó mi hermana y me dijo que su marido había muerto. Llegué al Valle y el asistente del ministerio de Cultura me anunció que el ministro había tenido un ataque al corazón. Hice una entrevista con la televisión japonesa y se desató una gran tormenta. Salieron corriendo. Los medios sacaron estas historias y también la de investigadores que enfermaron. Pero es que si abres una tumba que lleva 3.000 años cerrada, la momia ha hecho dentro un viaje que no puedes ver. Antes, los arqueólogos no lo sabían y cuando abrían el cofre les golpeaba el veneno de la descomposición. Ahora, claro, las abrimos y esperamos dos horas antes de acercarnos con la cara descubierta. Y así no hay maldición», ironiza Hawass.
El arqueólogo mantiene una cruzada por el patrimonio egipcio que fue expoliado en tiempos del colonialismo europeo. «Estoy liderando un equipo de personas importantes que va a presentar una petición para las autoridades europeas para que devuelvan esos objetos que tomaron ilegalmente porque tengo pruebas de que fue así. Ahora mismo, Macron (el presidente francés) está devolviendo objetos africanos y en nuestro caso lo tienen que hacer para el gran museo que vamos a abrir antes de que termine el año». ¿Piensa que los europeos accederán? «Les obligaremos a hacerlo. Los ciudadanos están de acuerdo en que piezas como la Piedra Rosetta (British Museum, Londres), el busto de Nefertiti (Neues Museum, Berlín) y el Zodiaco de Dendera (Museo deLouvre, París) regresen a sus dueños porque es lo justo», afirma. Hay quien dice que la inestabilidad política de Egipto hace peligrar el patrimonio. «Eso es una tontería. Las revoluciones pasan en todos los países del mundo, suceden en París y en Barcelona. Yo mismo protegí con un palo en la mano la entrada del Museo de El Cairo», asegura. Hawass está encargado de liderar el proyecto del Gran Museo de Egipto, que abrirá a finales de este año. «Tenemos centenares de estatuas y otras piezas que van a asombrar al mundo». Todo será a lo grande hasta 2022, año en el que se cumple el centenario de las excavaciones arqueológicas en el país. «Vamos a hacer una ópera, cuyo libreto he escrito yo y la música la hará Antonio Zamboni. Nos gustaría que Plácido Domingo la dirija», señala este experto, que al mismo tiempo negocia con Disney unos dibujos animados de un niño que corre aventuras arqueológicas vistiendo el sombrero de Hawass. A este hombre de 72 años le encanta que le llamen el Indiana Jones egipcio: «(Esboza una gran sonrisa) Sí, aunque mi sombrero es mejor». Documentales, libros, programas de televisión en directo que muestran la apertura de un sarcófago... su apellido es una marca registrada. Y nos deja otra declaración cuestionable: «Es que la arqueología es aburrida. Hay que transmitirla de un modo excitante».

“España no está cuidando el Templo de Debod”

En 1968, el Gobierno egipcio regaló a España el Templo de Debod, que fue instalado en Madrid, como agradecimiento por su implicación en una campaña promovida por la Unesco para salvar los templos de Nubia. Preguntado por ello, Hawass lamenta «que no lo estén cuidando. Todos los regalos que hemos hecho a otros países sí que están cubiertos y el de Madrid está bajo las inclemencias del tiempo», dijo a Europa Press. «Por lo tanto, si no lo están cuidando, es mejor que lo devuelvan porque eso quiere decir que no lo están valorando», indicó el egiptólogo, que, en todo caso, reconoce que fue un regalo y no un «robo» como el de otros países de Europa.