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Kirk Douglas, el actor que se tiñó el pelo para ser Van Gogh

Siempre se sintió fascinado por el pintor y cuando Vicent Minnelli le ofreció la posibilidad de interpretarlo no dudó en dejarse crecer la barba y cambiar el color de su cabello a pelirrojo

"El loco del pelo rojo", (1956) fue dirigida por Vincente Minelli
"El loco del pelo rojo", (1956) fue dirigida por Vincente Minellilarazon

Entre Vincent Van Gogh y Kirk Douglas había un notable parecido físico. El actor estaba convencido de que nadie mejor que él podría dar vida al gran pintor impresionista, así que cuando Vincent Minnelli le reclutó para encabezar el reparto de “El loco del pelo rojo” dijo sí, a pesar de que ya había comprado los derechos de otra obra sobre el pintor con el objetivo de rodarla con su propia productora. Estuvo nominado al Oscar a mejor actor principal; sin embargo fue Gauguin, es decir, Anthony Quinn quien se lo llevó como mejor actor de reparto. A Douglas se lo arrebató Yul Brinner por “El rey y yo”.

Cuenta Minnelli que no fue tarea sencilla comenzar a rodar exactamente por el final. “Lust for Life” fue el libro de Irving Stone en que se basó el filme de un director reconocido, fundamentalmente por sus filmes musicales. Era necesario apurar el tiempo y aprovechar los campos llenos de flores de Arles que en el mes de julio empezaban a perder su color. El director contaba con cinco semanas para poner en pie una película basada en al vida de quien fue uno de los genios del impresionismo. Define el cineasta en su biografía aquel periodo de rodaje como uno de los más excitantes de su carrera.

La presencia del productor John Houseman fue clave en el desarrollo del trabajo, entre otras cosas para conseguir que uno de los elementos clave del relato, las obras del propio pintor, tuvieran la importancia necesaria. Los cuadros que aparecen son réplicas exactas de los lienzos. Las telas originales se fotografiaron en placas de gran tamaño, de 8 x 10 pulgadas. Después se proyectaron por debajo de unas mesas especiales del departamento de efectos, con el tablero traslúcido. Y de esta forma el personal especializado pudo copiarlos, pincelada a pincelada, con gran minuciosidad y perfectos resultados.

Houseman estaba convencido de que para contar en condiciones la vida del pintor no se podía caer en reproducciones chapuceras. Tanto éste como Minnelli decidieron no rodarla en Cinemascope precisamente por el formato estrecho y largo, totalmente opuesto al de los cuadros. Sin embargo, el ejecutivo del estudio les convenció finalmente de lo contrario y aunque se rodó en un formato diferente se proyectó en el exitoso Cinemascope. No obstante exigieron tener el control total sobre el negativo y su tratamiento.

Los exteriores se rodaron en París y Arles. Una furgoneta con reproducciones y dibujos de las obras de Van Gogh seguía al equipo y cuando localizaban un campo donde hubiera podido sentarse el pintor y desplegado su caballete paraban para rodar. Incluso obtuvieron permiso para visitar el hospital psiquiátrico donde ingresó y hablar con el director, quien acabó por enseñarles el historial clínico del que había sido uno de sus más ilustres pacientes.