“Parásitos” hace historia y arrasa en los Oscar
La película coreana hace historia al llevarse los cuatro premios principales, convirtiéndose en la primera vez que una película no rodada en inglés se lleva el mejor filme, y las interpretaciones recaen en Joaquin Phoenix y René Zellweger, como estaba previsto
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Se presentaba una cosecha cinematográfica de las mejores de los últimos años. Películas salidas de la mente especial de Tarantino, personajes arrancados de sagas de superhéores que cobran tres dimensiones y hasta mensaje político, proezas técnicas para rodar la guerra de siempre, inesperadas y crudas historias del lejano oriente e historias de mafia que rebasan la violencia y aspiran a contar la historia grande y la pequeña de EE UU. Por haber, había hasta la historia de dos Papas y una comedia con el nazismo de fondo. Y todas las películas eran buenas. Con semejante panorama y las habituales especulaciones sobre la cinta más del gusto de la academia, más políticamente correcta o del cálculo de las deudas que tienen los premios con los aspirantes, quedaba por saberse quién se llevaría el gato al agua. Y, entre tanto candidato, había una cosa clara. Alguien ganaría y alguno se iba a volver con las manos en los bolsillos lanzando patadas al aire.
Empezaremos por el derrotado. Martin Scorsese se marchó de vacío pese a las diez nominaciones que acumulaba “El irlandés”. En la otra esquina, quién lo iba a decir. La gran ganadora fue una excepcional película coreana rodada en coreano, pero valiente (como la Academia americana) y especial: “Parásitos”. Nadie esperaba que Hollywood podría reconocer a un filme con un trasfondo realista y universal, el de la desigualdad social, y una narración poderosa, pero ajena culturalmente. De hecho, es la primera vez que una película no rodada en inglés gana el Oscar al mejor filme del año, ya que “Roma”, de Alfonso Cuarón, se llevó tres (director y película extranjera, entre ellas) pero no el principal.
El equipo coreano había llegado a Los Ángeles pensado que serían ignorados, o, al menos, incomprendidos. Y se marcharon frotando cuatro estatuillas, las más importantes: mejor película extranjera, mejor guión original, mejor director y mejor película. Y derrochando la humildad de su director, Boong Joon Ho, que pensaba estar usurpando el premio de Scorsese y Tarantino y que solo prometía beber hasta la mañana siguiente con cada premio que recogía y que superaba sus expectativas.
Fue una gala parca en palabras y polémicas pero pródiga en números musicales. Un espectáculo un tanto anodino y sin presentador en el que se vio cómo “1917” se llevaba algunos premios técnicos (3), “Érase una vez en... Hollywood” se hacía con el previsto para Brad Pitt y a la mejor producción (2) y “Joker” también se embolsaba el de Joaquin Phoenix y a la banda sonora. Las interpretaciones femeninas tampoco se salieron del guion. René Zellweger en el protagonista por “Judy” y Laura Dern por “Historia de un matrimonio”. Almodóvar no pudo hacer nada contra la gran triunfadora de la noche, y las aspiraciones españolas se quedaron en nada, ya que Banderas y la cinta de animación “Klaus”, que aspiraban a galardón, también se quedaron sin él.
El premio al mejor actor se ciñó al guion, pero es que la interpretación de Joaquin Phoenix está fuera de serie. “Joker”, una cinta presuntamente antisistema que ha sido la séptima más taquillera del año, se apoya en su trabajo. Phoenix pidió que cesaran los aplausos. “No me siento por encima de mis compañeros de nominación”, dijo. Agradeció el premio y defendió que todo forma parte de “una lucha contra la injusticia, por la creencia de que un pueblo, un sexo, una raza no tiene derecho a explotar a los otros con impunidad. Nos hemos desconectado de la naturaleza y estamos inmersos en un mundo egocéntrico pensando que somos el centro del mundo. Pero si usamos el amor podemos llevar a cabo sistemas de cambio”, defendió. “Yo he sido bastante granuja en mi vida y ha sido difícil relacionarme con algunos de los compañeros de la profesión. Pero muchos me habéis dado una segunda oportunindad y eso es el mejor de la Humanidad, cuando nos apoyamos”, señaló Phoenix, que se despidió con unos versos de su hermano River.
El premio al mejor actor de reparto salió temprano y estaba cantado. Brad Pitt (“Érase una vez... en Hollywood”) se llevó el Oscar y, tras una referencia al “impeachment” de Trump, agradeció el galardó al artífice: “Esto tiene que ver con Trantino, porque es original, único y la industria del cine seria un lugar horrible sin ti”. Pitt se acordó de sus padres por llevarle a ver “Butch Cassidy And Billy The Kid” cuando era una noche, porque eso fue para él “érase una vez en Hollywood”. El actor también se acordó de sus hijos, “que son lo que me da motivación para seguir”. También se entregó según lo previsto el Oscar a la mejor actriz secundaria, que recayó en Laura Dern por “Historia de un matrimonio”, en la que interpretaba a una abogada cínica. Ya había sido candidata en dos ocasiones y se impuso como todos los premios anteriores anticipaban.