Blas Cantó: "Hago música para entretener, no para cambiar el mundo”
El que será nuestro representante en Eurovisión habla sobre “Universo” y nuestras opciones en el concurso
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El requisito número uno de una canción que concursa en Eurovisión es ser recordada. Y el estribillo de “Universo”, de Blas Cantó, es, desde luego, pegadizo. Otra cosa es que nuestra suerte el próximo 16 de mayo en Rotterdam (Holanda), sea...
-Yo no quiero empezar esta entrevista mal, pero usted sabe que no va a ganar, ¿verdad?
-Eso porque tú lo digas. No se sabe, en Eurovisión. Yo la verdad es que no voy con expectativa ni buena ni mala y eso me hace estar más tranquilo y seguro de lo que quiero hacer en el escenario. Se trata de tener una buena actuación, que la recuerden en tu país durante unos años y no necesito más.
-Perdón de nuevo, pero usted sabe que en este país nos acordamos mucho de los que la cagan.
-(Risas) Vaya presión...hombre, esos ánimos...
-Bueno, es que Eurovisión está muy sujeto al fatalismo.
-Hay equipos de fútbol que están en Segunda, suben a Primera y mira, si estás con un equipo, lo apoyas hasta el final. Hay que ir con España. Y poco a poco. Tenemos la responsabilidda de cambiar la mentalidad y ponernos al nivel de otros países, no conformarnos con ir por detrás. Como mínimo estamos igual. Lo demás depende de que le guste a la gente. ¿Quién iba a decir que ganaría Salvador Sobral? Luego la gente te dice que tu canción no es para Eurovisión o que no es “festivalera”, que son expresiones que me ponen los pelos de punta
-En este caso, ¿cómo ve la canción, buena para el festival?
-Pues la verdad es que no o sé y no pretendo que lo sea. Solo me importa que sea una canción que yo pueda defender dentro de 15o 20 años y que la gente la escuche en la radio y la tenga en la cabeza porque le guste el mensaje. Está hecha desde el corazón. Cuando la escribí, pensaba en las cosas que me quedan por decir, las que no he dicho.
-¿Cuál es el mensaje?
-Pues “que me perdone el universo por apagar mi voz para evitar ser el culpable, pero allá voy y voy a cambiar todo lo que esté en mi mano para seguir adelante”. Ese es mi mensaje y habrá gente que pueda escribir su propia historia dentro de la canción.
-A ver si lo entiendo, ¿el tema habla de superarse?
-Habla de la esperanza de un nuevo día, porque el pasado no se puede cambiar, pero hay que mirar hacia arriba y seguir adelante. Este momento de mi vida me siento más fuerte y también que es un nuevo comienzo y no quería repetir la fórmula de mis últimos éxitos. Habría sido mediocre hacer lo mismo.
-Pero tanto perdón como le pide al universo, ¿por qué es, por las canciones del pasado?
-(Risas) Nooooo... A veces cumples ciertos patrones en la sociedad por prejuicios y no eres fiel a lo que sientes y a lo que quieres decir. Eso pesa tanto que quería decírselo al Universo. Es más profundo de lo que parece. Fue un desahogo.
-Habla de su intimidad.
-Te recuerda que la vida se va en un segundo.
-¿Le molestan los prejuicios con respecto a usted y a sus canciones?
-Yo escribo pero también canto las canciones de otro y eso no me hace peor artista. Michael Bublé también lo hace, igual que Celine Dion. No hace falta ser un erudito de la literatura para que lo valga. Hay que quitar los estigmas sobre si escribes o no, pero bueno, yo lo hago para quien quiera pillarme. Creo que la vorágine del consumo rápido lo pone muy difícil todo.
-De ilusión va a tope.
-Tengo mis momentos, me vengo abajo.
-¿Por qué?
-Porque me gustaría que todo fuera perfecto. Te hundes porque no estás bien de la voz o por cansancio. Pero yo creo que el proceso es esperanzador, porque la gente me transmite un aura muy positiva.
-Sabrá que los eurofans son jueces muy severos.
-Te diré que creo que esta gente solo quiere lo mejor para España en el festival. Es como cuando un padre te dice que te tienes que casar y tener hijos. Pero resulta que no te gustan las mujeres, sino los hombres. Y te dicen que quieren lo mejor para ti pero te hacen daño. Hay muchos niños pasando por eso. Y en el festival ellos también te condicionan tu participación en el festival.
-¿Lee los comentarios?
-Sí, y los de fuera son mejores que los propios y en una proporción muy alta. Además, cuando hacen algún comentario negativo van muy a saco. Y si no eres fuerte, puedes hundirte.
-Comentarios un poco destructivos.
-Pero yo no quiero que digan que les gusta si no es así. Pero que no prejuzguen lo que es mejor para Eurovisión. Que valoren si les gusta la canción o no.
-El carácter español es un poco bipolar.
-Y no sabemos perder. Pero yo estoy muy contento y lo demás son anécdotas.
-¿Le gusta el modelo de un concurso musical?
-Yo no soy John Lennon, no hago música para cambiar el mundo, sino para entretener. Y espero que a la gente le guste o la olvide, pero creo que hay un compromiso que es intentar que todo el mundo se sienta amparado. Es duro para alguien que tiene unas preferencias que no se les respete. A veces no hay que presuponer o condicionar los gustos de alguien. Y hay quien protesta porque dicen que tenemos todos la piel muy fina, pero es que hay que medir lo que se dice, porque las palabras duelen.
-¿A qué se refiere?
-En el vocabulario hay cosas que infunden miedo a la gente. Y me preocupa que haya quien no se pueda criar en libertad. Yo jugaba con muñecas de pequeño, me he criado de una manera libre y espero que todo el mundo pueda también.
-Tuvo problemas de incomprensión o rechazo?
-Para nada, mi madre se separó cuando yo era muy pequeño y yo me he criado en absoluta libertad con una madre soltera. Ella me inculcó el respeto y eso se lo agradeceré siempre.
-¿Piensa que hay que tomar posición?
-Yo siempre he sido ambiguo en mis respuestas porque es una manera de ser libre. Creo que de la otra manera entras en el juego. Cuanto menos hablas eres más libre. Nadie tiene que saber a quién voto o con quién me meto en la cama.