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Sobrevivió al Rey Humberto I y a la batalla de El Alamein: La historia del “piano inmortal”

Una subasta de la casa Winner en Israel esta semana pone su precio en más de un millón de dólares
larazon

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En 1799 en Turín el maestro Sebastián Marchisio, comenzó a crear la que sería su mejor pieza y que, a la larga, recorrería medio mundo y le dedicarían historias, recursos y hasta un libro. El llamado “piano inmortal” o piano de Siena llega a Tel Aviv después de pasar por París, el campo de batalla de El Alamein en el norte de África y Nueva York. La próxima semana una subasta en Israel decidirá quién es el siguiente dueño del piano de 221 años.
Marchisio desgraciadamente no pudo ver terminada su obra porque falleció antes de terminarlo, aunque sus descendientes si completaron el trabajo. Era un regalo que en 1825 fue entregado a la nieta del autor, Rebecca, en el día de su boda en Siena. Su acabado es espectacular, y entre las figuras que representa se encuentran querubines, animales, flores y otros instrumentos musicales, que, en opinión del experto afinador de pianos israelí, Moshe Porat, lo convierten en “una obra maestra visual”. Tras estar desaparecido un tiempo, reapareció en París en la Feria Mundial de 1867 justo antes de ser regalo para el entonces príncipe y futuro rey de Italia, Humberto I.
En algún momento de esta historia, el “piano de Siena" acabó en manos de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Los siguientes “propietarios” fueron los británicos que en 1942 rastreaban la zona de la batalla de El Alamein (entre julio y noviembre de 1942) con un detector de minas que desveló el contenido de una caja abandonada durante la batalla por los alemanes. Porat le explicó a AFP que “se sorprendieron al ver un piano enterrado en un desierto” además de estar cubierto de yeso. Al final acabó en los almacenes de un comerciante israelí que lo colocó en el taller de piano que tenía en Tel Aviv el escritor Avner Carmi. El autor retiró todo el yeso que cubría la pieza y arregló el mecanismo del piano y se lo llevó a Estados Unidos. Allí participó en grabaciones en el Steinway Hall de Nueva York en las décadas 50 y 60. Carmi y su mujer, Hannah, co escribieron un libro (“El piano inmortal”) y luego vendieron el instrumento a un empresario americano en 1996.
Ahora, casi dos décadas después, este empresario ha decidido deshacerse de él, no sin haberle costado la decisión, para ser subastado en Israel por un precio que oscila entre el millón y los dos millones de dólares. Pronto, se abrirá un nuevo capítulo con un nuevo propietario” , dice Porat refiriéndose a la subasta.

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