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Un tribunal rechaza que Led Zeppelin plagiase “Stairway to heaven”

La corte de apelación rechaza la demanda de los herederos del grupo Spirit que sonsideraban un plagio del tema “Taurus”
larazon

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El juzgado de apelación de California en San Francisco ha rechazado la demanda de plagio que pesaba contra Led Zeppelin y la introducción de su famoso tema “Stairway to heaven”, tras la demanda de los herederos de Randy Wolfe, compositor del grupo Spirit, que consideraban un plagio de su tema “Taurus".
El jurado ha determinado que el fragmento del grupo británico no era “intrínsecamente similar” al de Spirit. Este caso podría aclarar toda una larga lista de demandas por plagio que se dirimen en la justicia estadounidense. En el caso de la que amenazaba los derechos de la famosa canción, la compensación por daños y perjuicios podría haber ascendido a 55 millones de dólares a pagar por Jimmy Page y Robert Plant, los firmantes del tema de Lez Zeppelin.
Esta sentencia se espera que clarifique un panorama bastante turbio y en el que las demandas por plagio se han sucedido ante la falta de un criterio claro por parte de los tribunales que dirimen los plagios. La primera de las sentencias que dio origen a la confusión fue la que obligó a Pharrell Williams y Robin Thicke pagar una compensación a los herederos de Marvin Gaye por los derechos de “Blurred Lines”, un superéxito de 2013 que fue encontrado plagio del clásico “Got To Give It Up”. A esa demanda le siguieron una catarata de autores que pretendían sacar tajada de algún éxito que se pareciese a una canción previa.
Uno de los criterios que tradicionalmente han guiado estas demandas era probar que el acusado había tenido el acceso a la obra previa. En el caso de Lez Zeppelin es sabido que así fue, pero el tribunal estima que esto solo no es suficiente y que mucho menos puede ser la prueba de cargo para los litigios del presente, cuando el acceso a las obras musicales es casi ilimitado a través de sistemas de difusión, alguno de ellos incluso gratuito.
Para frenar esta avalancha de demandas, dos abogados e ingenieros y también músicos aficionados, Damien Riehl y Noah Rubin, registraron las combinaciones básicas de notas y las ofrecieron en “creative commons” para que los músicos eviten demandas interesadas por copias de canciones. Cada año se publican unos 50 millones de canciones, y, sin embargo, las combinaciones de notas son limitadas. Y mucho más escasas son las combinaciones que dan lugar a canciones audibles, a progresiones de notas agradables al oído, en las que se basa el pop comercial. “Por eso estamos ante una situación en la que cada vez hay menos posibilidades y es más fácil pisar una mina melódica”, decía este experto

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