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La Generalitat de Cataluña gastó tres millones para “hacer” catalanes a Shakespeare y Cervantes

La prensa inglesa se hace eco de las ayudas recibidas por el Institut de Nova Història que difundía que Leonardo Da Vinci, Colón, Calderón de la Barca y escritores como Cervantes y Shakespeare eran, en realidad, catalanes
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El vicepresidente catalán, Pere Aragonès, reconocía en una respuesta parlamentaria que la Generalitat de Cataluña ha subvencionado con 3 millones de euros al Institut de Nova Història desde 2012 a través de ayudas y contratos audiovisuales firmados por la radiotelevisión autonómica, TV3, destinados a difundir sus “estudios”, según los cuales, personalidades de la historia como Cervantes, Shakespeare, Leonardo Da Vinci, Colón, Calderón de la Barca y hasta Santa Teresa de Jesús fueron, en realidad, catalanes. El eco de estos absurdos ha llegado a las páginas de “The Guardian”, que recogía en su edición digital una información sobre el elevado coste económico de la factura y también del rechazo de los intelectuales a estos supuestos hallazgos.
Según la información facilitada por el propio Aragonès, el dinero habría ido a parar a dos compañías propiedad de Albert Codinas, quien es, a su vez, fundador y actual presidente del Institut de Nova Història. Por su parte, Núria Llorach, presidenta de TV3, reveló que el ente público de medios había pagado otros 184.000 euros en concepto de derechos de emisión de seis de los polémicos documentales. El artículo de “The Guardian” recoge las opiniones de Vicent Baydal, un historiador que ha desmontado estas teorías en “Pseudohistoria contra Cataluña”.
El contenido de estos filmes exploraba el supuesto silenciado papel que los catalanes tuvieron en el descubrimiento de América. El Instituto había producido previamente documentales y libros que defendían la teoría de que Cristóbal Colón era catalán y que Erasmo de Rotterdam era hijo suyo, que tuvo que abandonar España debido a la Inquisición. Según sus teorías, no exentas de imaginación, Colón no partió de Palos de la Frontera, sino del municipio gerundense de Pals.
También defendían que el conquistador Francisco Pizarro era originario de Cataluña y que Santa Teresa de de Jesús no era de Ávila como todo el mundo piensa, sino en realidad originaria de Pedralbes. Según Jordi Bilbeny, investigador de este instituto, “su historia fue manipulada por unas leyes hechas a medida”. Bilbeny sostenía que cometía incorrecciones en la escritura del castellano propias de los catalanes. “Nos encontramos ante otro caso de usurpación de personalidad de un autor catalán por parte de la censura real con el objetivo de hacerlo en castellano”, llegó a afirmar como toda prueba de sus afirmaciones.
Sin embargo, aun iba más lejos en el caso de Miguel de Cervantes, que en realidad se llamaba Miquel Servent, y que su origen era catalán, pero de más al sur, de Alicante. Bilbeny incluso sostenía que Cervantes o Servent y William Shakespeare eran en realidad la misma persona.
En 2014, este historiador apareció en tertulias en Catalunya Ràdio y en TV3 defendiendo que Leonardo Da Vinci era, sí, también catalán. Así lo defendía en el documental “Desmuntant Leonardo” (“Desmontando a Leonardo”) en el que concluía que era descendiente de la “casa real catalana” (en referencia a la Corona de Aragón) y en el que llegaba a asegurar que las montañas del fondo de sus cuadros se corresponden con Montserrat. Incluso señalaba que la Mona Lisa era hija de Fernando I de Nápoles (Ferrán de Nápoles). Otros de los grandes éxitos de sus disparatadas teorías apuntan a que el Lazarillo de Tormes era “La vida de Llàtzer de Tormos”, un municipio de Alicante.
Las conexiones del Institut de Nova História con la Generalitat se extienden a través de las entidades culturales que han apoyado el “procés” en los últimos años, como la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y con municipios gobernados por los nacionalistas que acogen sus cursos y los patrocinan con ayudas públicas. Hasta el diputado de ERC Gabriel Rufián ha criticado los excesos históricos de estos supuestos investigadores: “Ninguna pseudociencia ni ninguna pseudohistoria debería ser financiada con dinero público. Ni el tierraplanismo ni el antivacunismo ni el Institut de Nova Història. Ya vale de dar excusas a quienes nos quieren pequeños, ridículos, enfadados y perdiendo”, criticó en Twitter.

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