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La venta «online» de libros se dispara en España

Las librerías duplican los pedidos y el «ebook» crece un 50 por ciento y se estima que suba mucho más en los próximos días. La “piratería" repunta, pero el sector aumenta su oferta legal y amplia su catálogo para frenar este consumo

Los índices de lectura mejoran en España y llega a un 68,5 % de la población
La venta "online" ha aumentado en estos díasMariscalEFE

Ninguna crisis es buena y la actual tampoco lo es, en lo sanitario, sobre todo, y, después, en lo económico. Pero también puede suponer una oportunidad para que el público descubra algo a lo que por lo general no prestaba demasiada atención y parece evidente. No solo los supermercados y los grandes gigantes tecnológicos tienen páginas para comprar productos a través de internet. También las cadenas de librerías y las librerías independientes o de barrio disponen de una web semejante. Todas ellas cuentan con este servicio y los lectores deben saber que pueden seguir adquiriendo libros de igual manera que lo han hecho siempre y como lo hacían antes de que los libreros tuvieran que echar la persiana de cierre como consecuencia del coronavirus.

De hecho, a lo largo de estos pocos días de confinamiento, según le han confirmado a este diario, las ventas «online», o sea, de la compra física de una obra, se han duplicado. Así que aunque estén cerradas las librerías, los lectores pueden seguir confiando en su librero habitual y apoyarle, sobre todo en este momento clave, adquiriendo títulos a través de su comercio. Es cierto que estas ventas no van sustituir al cien por el cien las que se hacían en tienda, porque las cifras de partida no son tan altas como se podía suponer de antemano, pero puede contribuir a paliar el golpe en un momento esencial y en algunos casos sí que eran significativas. Según hemos podido saber en alguna librería especializada supone casi el 30 por ciento de lo que venden En otros casos, lamentablemente no es apenas apreciable, pero, incluso ellos sí que han notado que están creciendo. Un ejemplo de esta tendencia está en la vecina Italia. Allí la venta «online» se ha incrementado un 70 por cien. Un dato esperanzador en una situación que cuenta con pocos resquicios para el optimismo. Sobre todo porque, debido a la duración, también puede marcar un hábito de consumo y perpetuarse más adelante. Aunque a lo mejor esto es ser demasiado optimista de antemano.

Esta misma senda ha tomado el libro electrónico. En España solo suponía el cinco por ciento del mercado, como en el resto de Europa (en Estados Unidos, antes de caer, solo era el 15 por ciento). Pero ahora, según han comentado varias editoriales a este periódico, el “ebook” ha crecido de manera significativa en este corto periodo de la cuarentena: supera el 50 por ciento y se estima que crezca más. También se ha podido observar que el tiempo de lectura en las plataformas de suscripción de libros ha aumentado también un cincuenta por ciento. De esto se deduce que la gente confinada en sus hogares está dedicando mucho más tiempo a leer. Lo que es un apunte importante para el sector. Otro aspecto que no conviene dejar de lado son las bibliotecas digitales. Las redes de “ebiblio”, que existen en cada comunidad autónoma, han confirmado que se han multiplicado sus préstamos. Un primer estudio ha confirmado que los títulos que prefieren los lectores son las novelas y, sobre todo, las últimas novedades.

Aumento de la “piratería”

Todo el consumo digital ha subido en estos días y con él, lamentablemente, la «piratería». En 2018, los consumidores digitales de libros que acudían a vías legales era un 11 por cierto; en 2017, solo un diez, porque a los lectores, como indican las encuestas, todavía les gusta el papel. Enfrente de estas cifras está el 24 por ciento que accedió al mercado pirata. Lo peor es que precisamente este año ese porcentaje ha subido, aunque todavía no existe un dato preciso, según ha podido conocer La Razón. Esta situación, de hecho, puede hacer que repunte la «piratería».

Para contrarrestar esta tendencia, los grandes grupos editoriales y los independientes han lanzado sus estrategias. Todos los sellos han ampliado su catálogo de libros electrónicos y también ofrecen obras gratuitas de obras emblemáticas para fomentar la lectura y que ningún adicto a la palabra impresa tenga que recurrir al mercado «pirata». Uno de los problemas es que uno de cada dos internautas desconoce que está accediendo a un producto ilegal, porque, argumentan, no diferencian una plataforma «pirata» de otra legal. Por eso muchas editoriales, además de la red de bibliotecas, que ha puesto todos sus fondos bibliográficos y cinematográficos abiertos en la red, han contraatacado potenciando sus «ebooks» o haciendo campaña de sus novedades para que se puedan adquirir vía «online». Según algunas estimaciones, las pérdidas para el sector de la cultura de este trimestre pueden suponer 3.000 millones. Esta área da empleo a cerca de 704.300 trabajadores, lo que supone un 3,5 del país, y un 3 por ciento del PIB. Una manera, advierten desde este sector, de evitar desempleo es que la gente se conciencie y acuda a la oferta legal y abandone la «piratería».