El Festival de Salzburgo contiene el aliento por el coronavirus
El encuentro, que este año cumple cien de vida, se da como fecha límite el 30 de mayo para decidir si finalmente se celebra. Las pérdidas, si se suspende, serán millonarias
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Nada hacía presagiar a los responsables del Festival de Salzburgo que no iba a poder celebrar el centenario como una gran fiesta, como una efeméride única. Sin embargo, las circunstancias adversas a raíz de la pandemia han hechos que los responsables del festival sopesen muy mucho el tomar una decisión. Por ahora, a día de hoy, sigue adelante, pero todo dependerá de cómo evolucione la situación mundial, pues este encuentro congrega a miles de personas cada verano en la ciudad austriaca y que este año se celebra entre el 18 de julio y el 30 de agosto, aunque el primer estreno operístico llegaría el 27 de julio.
El encuentro es millonario en visitas y supone una inyección económica de primer orden para la ciudad y el país, pues, de cancelarse dejaría de percibir más de 180 millones de euros solo la urbe austriaca (la cuarta más poblada), que se elevan hasta los 215 en el caso del país. Un evento, además de con prestigio y solera incuestionables, que este año celebra sus cien de vida y para el que se ha contado con un programa especial que puede caerse como si fuera un frágil castillo de naipes. El 60% de los ingresos del Festival proviene de las ventas en taquilla y un 15% lo aportan los patrocinios. Las entradas no son aptas para cualquier bolsillo, pues un billete para ver este año “Don Giovanni” o “Tosca”, por poner dos ejemplos de títulos con tirón, el primero de ellos el de inauguración, implica un desembolso de 445 euros el ticket más caro, y de ahí hasta los 30. Hagan ustedes la suma si son dos entradas las que desean adquirir.
Tres tramos y una fecha límite
A través de un comunicado oficial la presidenta del Festival de Salzburgo, Helga Rabl-Stadler, ha comunicado esta mañana que se ha decidido actuar por tramos. El primero de ellos, el nivel 1 se activó el pasado día 16, momento en que todos los departamentos del Festival se cerraron, en principio hasta el 13 de abril. Cada uno de ellos, incluida la dirección trabajan desde casa. Esto significa que todos los empleados, incluidos, por ejemplo, los de la taquilla, que pueden trabajar desde casa, lo hacen a través de teletrabajo, incluida la propia Dirección, por supuesto.
El nivel 2 implicará tomar una decisión el próximo 15 de abril sobre la celebración o cancelación del Festival de Pentecostés, programado del 29 de mayo al 1 de junio. El director artístico, Markus Hinterhäuser, está en contacto permanente con su responsable, la mezzosoprano Cecilia Bartoli, que ya baraja alternativas a los cortos periodos de ensayo que tendrían los músicos y artistas de poder celebrarse el encuentro.
El nivel 3, el más importante, sin duda, para Salzburgo, se pondrá en marcha el 30 de mayo. Ese día se deberá decidir si sigue adelante esta cicla musical con sus fastos centenarios, si se cancela o si el programa se altera debido a la pandemia. Meses atrás, cuando se presentó la edición incluso se dijo que Vladimir Putin sería uno de los invitados en fecha tan señalada. Los responsables contienen el aliento, esperan y se muestran, por el momento, optimistas.
Lo primero, la salud
Sus responsables aseguran que “artísticamente están bien preparados para la celebración de ambos festivales. Podemos también compensar la fase de inactividad a que ha llevado la epidemia del coronavirus causada por los cierres actuales”, aunque, en cualquier caso, no dependerá de las autoridades ni de los máximos responsables, sino de la evolución de la pandemia y de las decisiones que se tomen la respecto. “La salud de todos es prioritaria con respecto a temas artísticos y económicos, aunque no podemos la esperanza de poder celebrar esta efeméride con música y teatro tal y como se merece”, aseguran desde la dirección.
Queda en suspenso, por tanto, saber si “Elektra”, de Richard Strauss, podrá inaugurar el apartado operístico, una nueva producción a cargo de Krzystof Warlikowski y con dirección musical de Franz Welser-Most al frente de la Filarmónica de Viena (orquesta residente de este Festival).Con las voces de Tanja Ariane Baumgartner (Klytämnestra) Aušrine Stundyte (Elektra) Asmik Grigorian (Chrysothemis) Michael Laurenz (Aegisth) y Derek Welton (Orest). Si el “Don Giovanni” de Currentzis y Romeo Castellucci será una quimera y si la “Tosca” cantada por Anna Netrebko y su esposo, Yusif Eyvazov, se convertirá en realidad. O si Ingo Metzmacher podrá dirigir la ópera de Luigi Nono “Intoleranza 1960”, todo un acontecimiento.