“Al alba”, una canción inmortal sobre la muerte

El 27 de septiembre de 1975 el franquismo llevaba a cabo sus últimas ejecuciones. Con Franco ya muy debilitado, en el verano de ese año, el Gobierno de Carlos Arias Navarro, el último de Franco, sufría una fuerte contestación. Las protestas por el cambio eran imparables. Sin embargo, Arias Navarro promulgó el Decreto-ley sobre Prevención del terrorismo que endurecía las penas contra el orden público. En el contexto de un consejo de guerra, 5 personas fueron sentenciadas a pena de muerte. Estaban relacionadas con la rama político militar de ETA-FRAP y, con ellas, el régimen quería dar una demostración de su poder sobre el país.

En la comunidad internacional, la decisión del régimen fue muy criticada y el hasta el Papa Pablo VI llamó por teléfono a Franco para pedir clemencia pero éste no atendió a su llamada. Según se cuenta, su respuesta fue que estaba descansando. La inclemencia estaba servida y tres miembros del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) —José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz— y dos de ETA político-militar —Juan Paredes Manot (Txiki) y Ángel Otaegui- fueron fusilados al amanecer. El dictador fallecería dos meses después.

En ese contexto, Luis Eduardo Aute escribió quizá la canción que le hizo más célebre. “Al alba”, en realidad, fue cantada por Rosa León antes que por él mismo, y a continuación fue Ana Belén quien hizo una versión para el disco “¡Abolición! Canciones contra la pena de muerte“. El tema esquivó la censura franquista gracias a la miopía de los funcionarios y a que Aute envió varias canciones para el examen. En ese grupo de temas, la mayor parte de ellos eran muy explícitos contra el Régimen y “Al Alba” fue vista como una sencilla canción de amor inofensiva. Terminó por convertirse en un himno de protesta y de esperanza por los nuevos tiempos democráticos en España.

Aute grabó por primera vez su propio poema en el álbum “Albanta”, aunque no fue en forma de balada, sino con arreglos que le dieron un toque de rock progresivo. También fue la incluida en su directo “Entre amigos” (1983), con el formato acústico que la hizo muy popular. Aunque siempre se había atribuido una relación directa entre los fusilamientos y “Al Alba”, Aute jugó alguna vez a la ambigüedad. Se trata de una letra poética y desgarradora, de una despedida de alguien a su ser querido mientras espera su propia muerte. En una entrevista en el año 2000, Aute contaba que fue “una de las canciones que más rápidamente escribí. No tuve que pensar mucho, salió del dolor”.

Si te dijera, amor mío,

que temo a la madrugada,

no sé qué estrellas son éstas

que hieren como amenazas

ni sé qué sangra la luna

al filo de su guadaña.

Presiento que tras la noche

vendrá la noche más larga,

quiero que no me abandones,

amor mío, al alba,

al alba, al alba.

Los hijos que no tuvimos

se esconden en las cloacas,

comen las últimas flores,

parece que adivinaran

que el día que se avecina

viene con hambre atrasada.

Miles de buitres callados

van extendiendo sus alas,

¿no te destroza, amor mío,

esta silenciosa danza?,

maldito baile de muertos,

pólvora de la mañana.