Muere Honor Blackman, la chica Bond de “Goldfinger”

Honor Blackman era un mujer letal para cualquier hombre: sabía judo y tenía ojos azules. Un currículum que la catapultó a uno de los grandes éxitos de la serie James Bond, «Goldfinger» (1964), que fue dirigida por Guy Hamilton. Protagonizó a una de esas malas que quedan en la retina, Pussy Galore, que a lo largo del filme acabará pasándose al lado bueno gracias a los encantos del espía británico. Era un personaje que mezclaba la sensualidad con una incierta peligrosidad que ponía en guardia. Algo que, sin duda, siempre ha resultado muy atractivo para cualquier agente secreto y en especial para 007 y su mítico desprecio por la prudencia. La actriz, que se convirtió, como todas las chicas/bond, en un póster viviente, una intérprete que se movía entre los encantos de su belleza y los logros de su interpretación. Ayer, fallecía a los 94 años en Londres de muerte natural y, con ella, se va una de las caras que ayudó a convertir la saga Bond en un mito.

Honor Blackman, que siempre sobresalió por su implicación en el trabajo y el compañerismo, nació en Londres en 1925 y su rostro se hizo popular gracias a un filme que tuvo mucho éxito en taquilla. Un clásico del cinemascope que todavía recuerdan muchos fans «Jasón y los argonautas», una producción británica de 1963 dirigida por Don Chaffey. En esta cita interpretaba a la diosa Hera y le dio todo el glamur que ésta jamás tuvo en ninguna escultura de la Grecia clásica. La película se hizo muy popular debido a unos innovadores efectos especiales, sobre todo aquella lucha protagonizada por esqueletos, que hizo el legendario Ray HarryHausen, hoy un nombre de culto. De aquí, Honor Blackman saltó a su papel más emblemático en «Goldfinger». El resto de su trayectoria estuvo jalonado por exitosas series de televisión, como «Los vengadores», «Colombo» o «Doctor Who».