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Cultura desaconseja fumigar los museos por el coronavirus

El ministerio distribuye un documento con medidas claras sobre el tratamiento del patrimonio cultural y desaconseja totalmente el uso de lejía, que puede causar daños irreparables
larazon
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El Ministerio de Cultura y Deporte ha distribuido una serie de recomendaciones para garantizar que las medidas de desinfección en el patrimonio cultural obligadas por la crisis del COVID 19 sean compatibles con la protección de los bienes culturales, entre las que destacan no fumigar museos de manera general y evitar el uso de productos que puedan dañar los materiales, según ha informado este jueves en un comunicado, informa Ep.
En concreto, ha dirigido a las comunidades autónomas, Policía Nacional, Guardia Civil, Unidad Militar de Emergencias (UME) y Protección Civil unas primeras “Recomendaciones sobre procedimientos de desinfección en bienes culturales con motivo de la crisis por COVID 19”, elaboradas por el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE).
Riesgo de contaminación “prácticamente nulo”
En departamento que dirige José Manuel Rodríguez Uribes ha enviado una nota a todas las comunidades autónomas en la que se invita a reflexionar acerca de los efectos de la pandemia sobre el patrimonio cultural, el cierre de instituciones, las prácticas de desinfección aplicadas en el ámbito de los bienes culturales y las futuras repercusiones económicas.
Tras el cierre de todos los centros por el Estado de Alerta, el Ministerio Cultura y Deporte ha indicado que el riesgo de contaminación de los bienes culturales muebles “es prácticamente nulo” ha recomendado evitar el uso de productos desinfectantes que pueden dañar los materiales. Asimismo, en cuanto a los espacios que contienen bienes culturales, como museos, archivos o espacios religiosos, desaconseja “fumigaciones o pulverizaciones generalizadas”, puesto que tras su cierre al público hace ya un mes, “la existencia del virus en el ambiente de esos lugares es poco probable”.
Antes de actuar en la desinfección sobre los bienes culturales, el Ministerio llama la atención también sobre la necesidad de consultar las intervenciones con los responsables del cuidado y tutela del patrimonio cultural para determinar la “vulnerabilidad de cada elemento y las mejores alternativas para evitar daños innecesarios”.
En estas recomendaciones, el Ministerio advierte de que la utilización de productos corrosivos, como la lejía, el amoniaco y los detergentes, está “totalmente contraindicada en conjuntos monumentales, edificios históricos, yacimientos arqueólogicos y objetos”. “En los casos necesarios, y en consonancia con las recomendaciones de las autoridades sanitarias, se podrían utilizar soluciones hidroalcohólicas diluidas o jabones neutros, aplicados siempre con presión controlada y bajo el asesoramiento de un técnico en conservación de bienes culturales”, apunta.
Etanol disuelto
Según señala Cultura, se recomienda la limpieza de las superficies como suelos, puertas o manillares que carezcan de valor histórico o artístico con las soluciones desinfectantes comunes propuestas por las autoridades sanitarias, aunque se opta preferentemente por el empleo de etanol disuelto al 70 por ciento. Además, en los procedimientos de limpieza se incluyen también las superficies exteriores de vitrinas que hayan podido ser tocadas por los visitantes, pero se desaconseja cualquier medida en el espacio interior de vitrinas, ya que su acceso es puntual y solo por el personal especializado de la institución.
Una vez efectuada la desinfección y limpieza, el documento promueve la ventilación de los espacios limpiados para evitar la acumulación de compuestos orgánicos volátiles (COVs) surgidos de la evaporación de las disoluciones desinfectantes.
En cualquier caso, si existen dudas sobre los procesos de limpieza y desinfección, el Ministerio alerta a las autoridades de no aplicar “ningún tratamiento”, ya que se pueden generar daños irreversibles sobre el patrimonio cultural, y urge a consensuar todas las medidas con los profesionales del ámbito de la conservación-restauración.
En el caso de bienes culturales situados en espacios públicos (cascos históricos, plazas públicas, parques o calles), el documento pide que se evite rociar de manera directa los objetos o edificios de valor histórico- artístico. Asimismo, en el entorno directo de los bienes culturales (a menos de un metro de distancia, como aceras próximas o zócalos de edificios) aconseja preferiblemente el uso de una disolución de etanol disuelto al 70% en agua proyectada a baja presión, que resulta “efectiva” frente al virus y a su vez su pulverización resulta menos dañina que la de lejía sobre materiales como la piedra, el ladrillo, la madera y el metal.