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¿Y si fue el Festival de Sundance la incubadora del COVID-19 en Estados Unidos?

Numerosos asistentes revelan al Hollywood Reporter los graves síntomas experimentados tras su regreso del certamen perfectamente atribuibles al coronavirus
larazon
  • Periodista. Amante de muchas cosas. Experta oficial de ninguna. Admiradora tardía de Kiarostami y Rohmer. Hablo alto, llego tarde y escribo en La Razón

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El hecho de que en estos momentos Estados Unidos sea el país con mayor número de afectados por coronavirus del mundo con cifras que ascienden a 73.435 víctimas mortales y 1,2 millones de contagios según datos oficiales, precipita de manera lógica la multiplicación de posibles conjeturas e investigaciones pertinentes que intentan ubicar el origen de tan masiva expansión. La última teoría, según un informe publicado por “The Hollywood Reporter”, ubicaría el foco principal en la celebración de un festival de cine independiente tan aclamado y reconocido mundialmente como Sundance. Tan solo dos días después de que se identificara al paciente cero en Washington, alrededor de unas 120.000 personas se dieron cita en las inmediaciones de Park City, Utah, para acudir como cada año religiosamente al certamen.
Puede parecer una apreciación sin importancia el hecho de que las condiciones climáticas de un lugar como Park City resulten perfectas para esquiar, pero las bajas temperaturas de un rincón montañoso como éste empujan al público asistente a tener que socializar durante la mayor parte del tiempo en interiores y condicionan a la propia organización a la hora de habilitar espacios cerrados y cubiertos que acojan la celebración de todas esas fiestas, eventos, presentaciones y pases de prensa que se suceden durante el festival.
Tanto es así que durante algún tiempo en los mentideros de la industria los profesionales llegaron a acuñar el término de “enfermedad de Sundance” para referirse a la gripe o el catarro leve que suele afectar a muchos de los participantes del certamen como consecuencia de pasar diez días sometiendo el cuerpo a temperaturas frías, excesos de todo tipo y un intenso ajetreo profesional. Sin embargo la edición de este año, a pesar de haberse desarrollado con aparente normalidad durante las últimas semanas del mes de enero, dejó una secuela mucho más grave y alarmante que el cansancio, el constipado o la resaca, tal y como afirman desde el medio estadounidense: numerosos asistentes (entre los que se incluyen tanto asiduos al festival como un actor muy reconocido del que no ha trascendido por el momento el nombre) experimentaron síntomas similares a los de Covid-19 durante o inmediatamente después del festival.
Los testimonios de algunos de los afectados que aseguran haber tenido fiebres altas, fuertes problemas respiratorios, violentas toses, piel húmeda y fatigas, ponen en evidencia la negativa de un portavoz del Centro Médico de Park City a la hora de confirmar si el hospital experimentó un aumento de los pacientes durante y después del festival. Tan solo un portavoz del festival de Sundance decidió arrojar unas disculpas preventivas para curarse en salud: “Lamentamos que alguno de nuestros asistentes al festival se sintiera mal durante o después de nuestra edición de enero. No tenemos conocimiento de ningún caso confirmado relacionado con el festival de COVID-19”.
Desde el Hollywood Reporter, además de hacerse eco de los relatos de diferentes afectados como la actriz Ashley Jackson, quien asegura que fue justo después del festival cuando comenzaron a aparecer síntomas más intensos como "dolor de garganta, dolores corporales y una tos tan violenta que se me hinchó el cuello”, también han consultado con el microbiólogo, Dan Hart, quien ha subrayado el significativo dato de que el festival comenzó el mismo día del cierre de Wuhan: “La lógica dicta que probablemente lo tenían (haciendo referencia a los enfermos). Con Sundance, tienes la fórmula perfecta para que este virus realmente se extienda a la ciudad y contamine a todos”.
Muchos de los asistentes al festival como Scott Myers han avalado la teoría publicada a través de sus redes sociales compartiendo la realidad de sus propias historias sobre la enfermedad. Señalan desde el medio que ninguna de las personas con las que han hablado han recibido todavía ninguna prueba de anticuerpos. Aún así todos planean obtener una en cuanto sea posible y continúan practicando el distanciamiento social. Tras esta avalancha de testimonios todavía cabe preguntarse si el festival de Sundance 2020 fue la primera placa de Petri del territorio americano.