#culturaencasa: De la revolución de los cuerpos de Levan Akin a la búsqueda de la felicidad de Manuel Vilas

Todo, absolutamente todo, merece la pena de esta película. Narrada desde la potencia visual más realista, la cinta de Levan Akin hilvana con suma delicadeza la historia de descubrimiento y liberación sin artificios de Merab, un joven que vive en un barrio marginal de Georgia para quien la comunicación con el cuerpo a través del baile constituye la forma más eficaz de rebelarse contra un entorno que cercena la libertad sexual y afectiva de los homosexuales y constriñe la evolución natural y emancipatoria de la mujer, relegándola a un segundo plano. Las notas de psicodelia y electrónica que destila el dueto sueco “Kite” con su tema “Jonnny Boy” en una de las escenas más simbólicas de la trama contrasta de forma radical con el sonido de los tambores y la rigidez espartana de las danzas georgianas. En esta historia de pasiones y crecimientos se pone en evidencia la construcción social de una masculinidad tóxica en la que las emociones del hombre no están permitidas si son demasiado intensas o demasiado explícitas. Pero la enigmática aparición de un bailarín experimentado, Irakli, detona la losa de los conservadurismos. Muy plástica, realista y honesta. Consigo misma y con el espectador.

Los ancestros de Núria Graham respiraron aire de tierras irlandesas y en este trabajo, la cantante catalana decidió soltarlo a través de su boca en forma de íntimas y espléndidas composiciones como “Hazel”, “Connemara”, “Shirley” o “No returning”. El sonido dulce y acompasado de estas canciones que actúan como bálsamos contra la prisa, constata el personal estilo de Graham y ayudan a comprender su exploración en las raíces de su familia. Tradición y modernidad se mezclan en este cálido trabajo.

Arlecchino es un sirviente humilde, imbécil, crédulo y vago. Siempre hambriento. Igual que los ojos de Picasso. La nueva exposición online del Museo Picasso de Málaga está pensada para mirar y leer. En este caso, los motivos concretos por los que Picasso hizo suyo al bufón por excelencia de la Commedia dell’arte. Pese a que la máscara del arlequín era recia, el trazo del pincel del genio persiste blando.

Disponible en: www.museopicassomalaga.org

La muerte de sus padres y la separación de su mujer precipitan al protagonista de esta historia a la búsqueda de algo tan intangible, atávico y paradójico como la felicidad.En esta novela finalista del Premio Planeta escrita por Manuel Vilas, todas las cosas ocurren cuando tienen que ocurrir. Hay una especie de sincronía de los tiempos a pesar de que éstos no estén siempre del lado correcto de la vida. “Todo aquello que amamos y perdimos, que amamos muchísimo, que amamos sin saber que un día nos sería hurtado, todo aquello que, tras su pérdida, no pudo destruirnos, acaba, tarde o temprano, convertido en alegría”, señala el escritor. Quién sabe, tal vez esté en lo cierto.

Hannibal Lecter tenía la poderosa virtud de perturbar la cordura de la persona que tenía delante solo con abrir la boca: “Nuestro cerebro debería experimentar ansiedad a ráfagas, no de la forma prolongada y frenética que pareces sufrir, por eso te sientes como si un león estuviera a punto de devorarte”, profiere en una escena de la secuela creada por Bryan Fuller. En esta maravillosa y nada prescindible serie, el protagonista, al igual que en la película de Anthony Hopkins, consigue atrapar al espectador de una manera enfermiza. Se barrunta cuarta temporada en Netflix.