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Casa Patas: el virus también puede con el flamenco

El histórico tablao del barrio madrileño de Lavapiés, con 36 años de historia, echa el cierre

Cvirus.- Cierra Casa Patas, icónico tablao flamenco de Madrid, por la crisis del coronavirus: "Es imposible seguir"
Imagen de archivo de una actuación de flamenco en Casa Patas. (Foto: Casa Patas)larazonCASA PATAS

En una frase escueta y seca como un hachazo resumía el propietario de Casa Patas su nueva normalidad: «Es imposible seguir». Lo dice Martín Guerrero, dueño e hijo del fundador. Después de casi tres meses sin un solo ingreso y teniendo que hacer frente a unos gastos que no saben de pandemias, el local emblemático del flamenco en Madrid echa el cierre. Parece que no hay vuelta atrás. Ni créditos ICO, ni el ERTE que se hizo a los empleados, muchos de ellos con más de 20 años en la casa. A este templo de Lavapiés, que ya le amenazaron el Brexit y la guerra comercial entre Estados Unidos y China, le ha dejado KO el COVID-19. Se preguntarán qué tiene que ver cuestiones como que Gran Bretaña salga de la UE para que el local facture menos. Está claro: sus clientes son en un 75% turistas, y si los turistas fallan, y ya fallaban el año pasado, y ahora, más aún, el negocio no se puede sostener.

Treinta y seis años ha estado abierto y por su escenario han pasado todos los grandes. Desde Camarón al Cigala, que lo pisó en su debut con veinte años, o Miguel Poveda, Sara Baras, Niña Pastori, Estrella Morente y Carmen Linares. Han echado las cuentas y los números no cuadran ni del derecho ni del revés. «Mejor un cierre a tiempo y esperar a que puedan venir tiempos mejores, llegue la vacuna, los turistas regresen y se vuelva poco a poco a la normalidad». Lo peor es que vaticina Guerrero que este tablao va a ser el primero, pero no el único y que caerán como las fichas del dominó, uno tras otro. Si no hay extranjeros, no hay negocio flamenco.

Rosalía, que hoy se codea con los más granado, cantó aquí por primera vez. Treinta entradas vendió y se llevó los aplausos a casa. Paco de Lucía cenaba allí los viernes. Tenía una mesa desde donde disfrutar y no perderse el espectáculo. En su web, que se quedó parada este tiempo, o que, más bien, la paró esta maldita epidemia mundial, anuncian sus actuaciones hasta abril. Hoy da no sé qué leerlas, tan lejanas ya en el tiempo, como si se hubieran quedado congeladas. Trescientos espectáculos cada año y más de un centenar de grupos de flamenco, con lo que todo ello supone. La Truco, bailaora, se quedó a un paso de subir al escenario junto con su hijo. Ya venía apretando el bicho y había que cerrar las puertas para evitar que se colara. Al calor de sus paredes se han curtido muchos artistas, unos tuvieron su primera oportunidad; otros lo frecuentaron ya consagrados. Allí recibió su disco de oro por haber vendido un millón de copias Camarón con «Soy gitano» en una noche que dicen quienes la vivieron que tuvo todo el duende y el pellizco del mundo.