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Estopa no se moja con el “procés”: “Todos tenemos la piel muy fina”

El grupo publica «Fuego», su nuevo disco de estudio, que llega precedido de una gira que empieza en Pamplona (15 de noviembre) y llega a Londres el próximo año.

Los hermanos Muñoz son también Cataluña. Quizá convenga recordarlo en estos días. Y les aman de norte a sur de la Península. Los Estopa pasan de ponerse, pero seguramente podrían resolver el lío este en el que andamos metidos en lo que dura un vermú que se alarga hasta la cena. Obreros de la Seat, rumberos de Cornellá, trasegadores de botellines, y, de natural, vacilones. Las entrevistas con ellos son ingobernables y delirantes pero esa es la razón de su éxito. Publican mañana «Fuego» (Sony), su nuevo álbum. Aunque esta vez traían una pregunta preparada. ¿Adivinan cuál?

–¿Qué cuentan en «Fuego»?

–David: que éramos Estopa y vamos a ser Fuego.

–Se van a transformar.

–D.: exacto. Molaría cambiarse de nombre.

–Jose: y luego llamarse Cenizas. Cuando nos entierren que hagan lo que quieran.

–La canción de «Fuego» habla de amor, ¿no?.

-D.: eso es. La pasión lo ardiente.

-J.: la fe mueve montañas, el amor, otras cosas.

–¿Es fácil mantener el amor por la música con el tiempo?

–D.: si eres un poco flipado, sí. Si eres un vampiro psíquico, no.

–J.: componer sigue siendo para nosotros un hobby...

–D.: pretendemos insuflar energía al gente, no chupársela. Ojo, no cortes las dos últimas palabras para el titular.

–Sacaremos el corte.

–J.: un colega nos preguntaba si habíamos analizado la letra de «Por la raja de tu falda»: «Tira para el coche / porque esta noche / nos la comemos». (Risas) Y no lo había visto yo así, pero...

–¿Sienten que pueden hacer lo que les de la gana?

–D.: Siempre.

–J.: No pensamos en lo que piensa la gente. Si tuviéramos un mínimo de vergüenza habría canciones que nunca habríamos compuesto. Siempre partimos de la base de gustarnos a nosotros mismos. Sería un gran error tratar de gustarle a todo el mundo.

–D.: molaría. Gustarle al Papa, a Trump... sería una distopía.

–Serían la solución a nuestros problemas.

–J.: como es imposible, no lo pretendemos. Si ya nos cuesta gustanos a nosotros...

–¿Discrepan mucho?

–D.: pero estamos de acuerdo en que no nos gustamos a nosotros mismos.

–¿Cómo lo resuelven?

–J.: gana el más cabezón: «Esto, por encima de mi cadáver».

–D.: ¡Me voy! Si no haces esto, me voy. Eso es tensión creativa.

–¿Resuelven más por las malas que por las buenas?

–D.: A piños. Y ponemos caras.

–J.: mola hacerlo creativamente.

–¿Quedan atrapados en una canción?

–D.: en muchas y horribles. La de «Cómo me pica la nariz» o «Mami, el negro está rabioso»... No puedo huir de eso. Ya me puedes hablar, que estoy disperso. Con sonido envolvente dentro del cerebro.

–¿Hablan con Siri?

–D.: mucho. Es una inteligencia artificial y queremos ver adónde ha llegado la humanidad programándola. Un día la insulté y me sentí mal. Y le hice una canción.

–De la culpa.

–D.: ¿Qué necesidad tengo? Siri no tiene sentimientos pero yo sí, y los estoy expresando negativamente. Me puse de parte de la inteligencia artificial.

–¿Se podrían enamorar de una máquina?

–J.: ¿Por qué no? Yo, cuando de pequeño jugaba al «strip poker» en un ordenador... (risas).

–Eso era casi amor.

–J.: Exacto (risas).

–La rumba la inventaron los gitanos. ¿Qué piensan de la apropiación?

–J.: me encanta la apropiación.

–D.: estoy de acuerdo con apropiarse de la cultura del vecino. Es ridículo. Eso es el mestizaje. Y la rumba es de Cataluña, con influencias del sur, de los inmigrantes que han ido. Eso forma parte de Cataluña y es lo bueno, la fusión. Las razas puras son una mierda. Es cabeza cuadrada

–J.: y clasista.

–Claro, pero ustedes son payos y los gitanos podrán decir...

–J.: ¿Y Paco de Lucía?

–D.: con eso se callan. Ellos admiten que Paco es Paco y dice mucho de ellos, que saben apreciar el arte por encima de la raza. Y ellos no han hablado de apropiación cultural de Rosalía, sino otra gente. Parece más envidia que otra cosa. Tenemos una canción que dice. «Yo no nací gitano, no. Y no quiero ser payo, yo». Se llama «Los gitanos de Barcelona».

–¿Cómo están viviendo la situación en Cataluña?

–D.: tenemos la respuesta preparada. Y es, que todos tenemos la piel muy fina, incluidos nosotros mismos, hemos preferido optar por que somos dueños de nuestro silencio. Y esperamos que nadie se enfade, porque no es equidistancia, es silencio.

–J.: y que la parte de Cultura que esté limpia de política.