Raimundo Amador: «Me siento culpable de la mierda de fusión flamenca que se hace hoy en día»
El flamenco compone junto a la joven estrella urbana Dellafuente dos temas para un proyecto de Red Bull que pronto verán la luz
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Del papel de Raimundo Amador (Sevilla, 1959) como dinamitador de las barreras del flamenco ya hablan sus mejores obras: Veneno, Pata Negra y «La leyenda del tiempo» son sus contribuciones a ampliar los horizontes de un género pese a la oposición de los melancólicos más estrictos. Raimundo, de joven, tocaba a cambio de unas monedas y después le volaron la cabeza Jimi Hendrix y B. B. King. No puede decirse que su universo musical sea estrecho y, tras colaborar con Björk o Radio Futura, ha aceptado una propuesta de Red Bull para grabar con Dellafuente, uno de los valores fuertes de la llamada música urbana, fan confeso del guitarrista y aficionado al flamenco.
–¿Cómo fue la colaboración?
–Muy bien, la verdad. Estuvimos juntos en un estudio de Sevilla, aunque la verdad es que yo no conocía a Dellafuente. Pero hicimos buenas migas.
–¿Se entendieron también musicalmente?
–Me he dado cuenta de que es fan de Raimundo Amador y de Pata Negra, aunque su música no la había escuchado. Aunque no estoy acostumbrado a este estilo, luego he ido pillándolo. Cuando salió Nirvana tampoco lo entendía. Igual que cuando salió «La leyenda del tiempo» la gente no lo entendía. Ni a Veneno. Con Pata Negra la cosa estaba ya más difundida. No es que fuera un pelotazo, pero la gente ya no se asustaba. La verdad es que la música hay que escucharla y no solo una vez, antes de poder opinar de ella. Porque si una música le gusta a la gente, algo tiene que tener bueno, ¿eh? Vamos, creo yo.
–Entre los jóvenes arrasa este estilo nuevo que tiene algo de rap y entonación flamenca... Algo que llaman «urbano». La fusión la hacen ahora los jóvenes igual que Veneno hacía la suya antes.
–Bueno lo mío es muy diferente y no sé si mejor o peor, porque cuando ha grabado él, Dellafuente, ha petado. Nosotros no «petemos», fuimos unos incomprendidos. Los que han venido después se lo llevaron. Pero directo. Grupos que se dice que eran nuestros herederos como los Delinqüentes y así. Nosotros nos llevamos la peor parte, pero claro, somos los puretas y los dinosaurios. ¿Y a quién no le va a gustar triunfar a la primera? Yo conozco a gitanos que descambiaron «La leyenda del tiempo» y que luego me decían que era el mejor disco de flamenco de la historia. Nos adelantamos como 20 años. Y Pata Negra tuvo más aceptación porque estaban Triana y Lole y Manuel. Pero tanto a Veneno como a Camarón nos ignoraron. Lo que pasa es que Camaron entró en la intelectualidad. Y se le aceptó.
–¿No se les comprendió tanto como ahora se aceptan las nuevas músicas?
–Es que ahora es como que todo está bien, que todo es bueno. Y pienso que la parte peor nos la llevamos nosotros. Yo por un lado estoy orgulloso y por otro me siento culpable de mucha mierda de fusión con el flamenco que está saliendo. Las dos partes. Hay cosas buenas y otras horrorosas.
–¿Qué es lo que no le gusta?
–Pues no lo voy a decir. Cada uno que juzgue con su oído y que vea lo bueno y lo malo. Yo no voy a decir nada malo de un compañero porque estamos juntos en el escenario y en la carretera. Puedo hablar de quien me gusta.
–¿Como quién?
–SFDK, La Mala Rodríguez y si sigues tirando para atrás, los americanos. Notorious, 2 Pac, Herbie Hancock, Jimi Hendrix, Eric Burdon y los Animals... Tengo una cultura musical muy amplia y gracias a mi niño me he metido con el rap también.
–¿Rosalía le gusta?
–Bueno, yo que sé. Me lo tendría que pensar. A lo mejor es un pedazo de artista, pero tendría que digerirla mejor.
–¿Así que triunfar hoy es más fácil?
–La vida está muy difícil siempre. Pero es que hay algunos que han triunfado sin menear ni un dedo. No saben cantar, ni tocar y triunfan. Y lo que yo digo es que le den gracias a Dios que tienen el rap, porque yo empecé pasando el platillo en la calle. Yo trabajé mucho y tuve que comer mucha arena.
–¿Se ha hecho justicia con Pata Negra y con Veneno?
–A última hora parece que sí. Pero me da coraje que haya tenido exito gente que ha chupado de ahí más que nosotros. Y ya te digo que yo no quiero más éxito. A mí me gusta ir por la calle y al supermercado. Y ya está. Quiero ser libre y no necesitar nada.
–¿Cómo le va ahora?
–Me va estupendo. No como mucho, ¿eh? Vivo con poco y me conformo con eso. Tengo mucha gente que me quiere.