La rebelión de esclavos de Haití que acabó en genocidio
la isla fue el lugar en el que estalló la primera sublevación masiva de esclavos que derivó en la creación de un estado independiente en 1804 proclamado por el general Dessalines, un genocida que asesinó a entre 3.000 y 5.000 blancos
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La corrección política y la estulticia están llevando a atacar las estatuas de personajes históricos que se consideran racistas, como Colón, Lincoln y Churchill. Incluso dicen que es el despertar de la sociedad contra aquellos dirigentes con pasado racista. Normalmente estas diatribas olvidan que destacadas figuras de la izquierda como Marx o el Che Guevara fueron profundamente racistas. Esto se debe a que el nuevo movimiento antirracista es también anticapitalista.
Estos intentos de corregir la Historia según los parámetros actuales no suele ser coherente. Es tan estúpido como pretender la censura de los cuadros del Museo del Prado que reflejan una “sumisión” de la mujer al hombre, o no proyectar “Lo que el viento se llevó”. Tampoco sería muy inteligente derribar Los Inválidos, en París, donde se encuentran los restos mortales de Napoleón, o tirar sus huesos al mar, porque restableció la esclavitud en las colonias francesas el 20 de mayo de 1802.
Camino a la revolución
La Convención francesa declaró la abolición el 7 de febrero de 1794 en la Convención Nacional. El acto no era solo para compensar la contradicción entre la Declaración de Derechos del Hombre y la discriminación racial, sino también para conseguir unir a los negros al ejército francés y combatir a los ingleses. Al mismo tiempo era un modo de calmar el alzamiento de los esclavos que desde 1791 se producía en Saint Domingue. Esto abrió el camino a la revolución en aquella colonia luego conocida como Haití. Es el único caso de una rebelión de esclavos que creó una nación. Haití se constituyó como la segunda república americana tras Estados Unidos, no dirigida por burgueses, como en Norteamérica, sino por mulatos y negros de extracción baja.
Saint-Domingue era la colonia más productiva de la América colonial. Más que Cuba. Tenía un 80% de población esclava, y exportaba azúcar, algodón, café, cacao y añil, que salían en los más de 600 barcos que atracaban anualmente. La burguesía colonial eran los “grands blancs”, compuesta por grandes propietarios y funcionarios, y los “petits blancs”: tenderos, comerciantes o soldados. Luego estaban los “affranchi” o mulatos, con profesión por cuenta propia, pero que tenían negado el acceso a la administración. En París estaban representados por la Sociedad de Amigos de los Negros. Por último, los “cimaroons” o cimarrones: esclavos huidos y que protagonizaron ataques organizados contra los blancos entre 1751 y 1758.
La Revolución Francesa removió Saint Domingue. Los blancos se dividieron entre monárquicos, girondinos y jacobinos, y constituyeron una Asamblea en Puerto Príncipe. Los negros y mulatos, sin embargo, no vieron reconocidos sus derechos. Esta contradicción generó muchos problemas. La Sociedad de Amigos de los Negros, compuesta allí por mulatos influyentes, inició presiones para el reconocimiento de sus derechos. En lugar de eso, en 1790 la Asamblea haitiana extendió los derechos políticos a los blancos no propietarios.
El desengaño llevó al primer levantamiento armado. A finales de octubre de 1790, un grupo de mulatos liderados por Vincent Ogé y Chavannes, exigió a la Asamblea la igualdad ante la ley. La manifestación fue reprimida duramente, con varias ejecuciones.
Terratenientes esclavistas
Sin embargo, las ideas jacobinas fueron extendiéndose entre los esclavos. Igualdad, libertad, fraternidad, e independencia de la metrópoli para librarse de los terratenientes esclavistas. El proceso se inició con agosto de 1791. El sacerdote vudú Boukman convocó una asamblea de 200 delegados de las plantaciones azucareras del norte. Allí se planeó el levantamiento. Fue la Gran Insurrección del Norte. Miles de esclavos asaltaron las propiedades, asesinaron a los blancos y destruyeron todas las infraestructuras.
Boukman llegó a reunir a unos 30.000 combatientes, lo que no evitó que fuera capturado y ejecutado por sus crímenes. Hubo algunas revueltas en otros lugares, pero finalmente los mulatos tomaron el control. Quizá por esto, la Asamblea Nacional Francesa otorgó la ciudadanía a los hombres libres de color en Saint Domingue; es decir, a los mulatos, a comienzos de 1792. Para controlar la situación, la Asamblea envió con 6.000 soldados a tres comisarios jacobinos encabezados por Sonthonax. La delegación francesa se apoyó entonces en los mulatos jacobinos para contener a los blancos monárquicos y a los esclavos.
La ejecución de Luis XVI en Francia sublevó a los monárquicos haitianos. Sonthonax reprimió el alzamiento usando a los mulatos y prometiendo a 10.000 negros la libertad si formaban el ejército republicano. Ante la inminente invasión británica, Sonthonax liberó a los esclavos para que formaran una fuerza de choque. La Convención francesa declaró entonces abolida la esclavitud el 4 de febrero de 1794. Fue en balde. Los británicos tomaron Puerto Príncipe, y España atacó la parte oriental de la isla prometiendo libertad a los esclavos. Fue así como los principales dirigentes de la rebelión pasaron al bando español.
Entre ellos estaba Toussaint Louverture, esclavo proveniente de la actual Benín, África. Sin embargo, fue “convencido” por oficiales franceses del compromiso de la Francia republicana con la abolición, cambió de bando, y derrotó a sus antiguos compañeros liderando así la revolución negra reuniendo a 51.000 soldados. La guerra se prolongó hasta agosto de 1798, cuando el gobierno británico y el formado por Toussaint, llegaron a un acuerdo comercial.
Élite negra jacobina
En Saint Domingue se formó una élite negra jacobina que quería establecer una República independiente de Francia. Estos “jacobinos negros”, como se les llamó, dirigidos por Toussaint Louverture, Dessalines y Henri Christophe, lucharon contra los mulatos francófilos en la conocida como Guerra de los Cuchillos, entre 1799 y 1800, incluso reprimieron a los esclavos que se negaron a volver a las plantaciones en el norte.
El baño de sangre en la isla, que ya duraba una década, no terminó entonces. A principios de 1801 invadieron la parte española de la isla, que había sido cedida a Francia por Carlos IV en 1795. Tras esto enviaron a Napoleón un proyecto de Constitución autonomista para la isla. La respuesta del emperador francés fue enviar 24.000 hombres al mando del general Leclerc, invadir Saint Domingue con el apoyo de los mulatos, y restablecer la esclavitud. Toussaint Louverture fue enviado a Francia, donde murió encarcelado en 1803.
El general negro Dessalines tomó así el mando de los haitianos rebeldes contra la restauración de la esclavitud y por la independencia. El ejército de Dessalines lo constituían negros y esclavos, que acabó derrotando a las tropas napoleónicas en la Batalla de Vertieres. El 4 de diciembre de 1803, Rochambeau, que había sustituido a Leclerc, capituló en Môle Saint-Nicolas, terminando así la guerra de independencia.
5.000 blancos asesinados
Dessalines se convirtió en el primer presidente de Haití, y en un año se proclamó Emperador con el nombre de Jacques I. Hizo su propia Constitución en 1805 e inició la discriminación legal de los blancos. Todos los ciudadanos eran negros."Ningún blanco -decía el artículo 12- pisará este territorio como amo o propietario".
Fue el primer paso. Luego llegó la matanza de personas de raza blanca. Primero asesinaron a los hombres y después a los niños. Los torturaban y pasaban a cuchillo en sus casas y a plena luza del día. Luego ordenaron matar a todas las mujeres que no accedieran a casarse con un negro, para cortar de raíz la raza blanca.
El emperador Dessalines visitaba las ciudades para verificar que se ejecutaban sus órdenes. Violaciones, incendios y saqueos precedían a los asesinatos. Se hizo famoso por su crueldad un tal Jean Zombi, de donde procede el nombre de los no muertos. Fue un genocidio. Se calcula que entre 3.000 y 5.000 personas blancas fueron asesinadas. Hoy, Dessalines es venerado en Haití.